Los tres Magos han desensillado de los camellos, han estirado las piernas y se encaminan hacia el poniente.
(Bestias, pajes, regalos y demás parafernalia acompañan al feógrafo en retaguardia).
martes, diciembre 25, 2018
lunes, diciembre 24, 2018
Misterio
"No seamos charlatanes y digamos con franqueza que en este mundo no se entiende nada. Solo los charlatanes y los imbéciles creen comprenderlo todo." Chéjov.
miércoles, diciembre 12, 2018
Cebado de buitres con carretilla
Con las últimas luces del 6 de diciembre, cientos de buitres leonados sobrevuelan el pueblo de Bigüezal (Navarra). Los cazadores han terminado su jornada y, en una bajera abierta al borde la carretera, pelan y destripan jabalís y corzos. Llenan una carretilla de obra con las entrañas y el extremo de las patas de sus presas, la acarrean a unos cien metros de distancia y arrojan los desechos de la caza por una ladera. Docenas de buitres leonados reciben el alimento con una confianza digna de palomas.
viernes, noviembre 30, 2018
Y después, la noche
Sábado 24-XI-2018. Fotografía de Ángel.
miércoles, noviembre 21, 2018
El lugar de la conciencia
Fue uno de esos hombres que se gustan y saben que gustan. Había había sido un modelo de cabeza muy cotizado (publicidad de champú, sobre todo). Por eso, quienes lo conocían de verdad no se sorprendieron de su cambio de personalidad cuando llegó la calvicie por la quimio. Se quedaba ensimismado con el índice de la mano derecha sobre el punto más elevado de su cabeza y entonces empezaba a dibujar un círculo pequeño con el dedo, siempre en sentido antihorario.
Los sobrinos, unos melenudos con mucha guasa, le preguntaban por qué se daba cuerda así.
Y él, sin decir nada, seguía girando en el remolino indomable de su conciencia. Es terrible no gustar y saber que no gustas.
Los sobrinos, unos melenudos con mucha guasa, le preguntaban por qué se daba cuerda así.
Y él, sin decir nada, seguía girando en el remolino indomable de su conciencia. Es terrible no gustar y saber que no gustas.
martes, noviembre 13, 2018
Cortinas de agua
Desde Lagarte: Uzkuiti a la izquierda; Laparmendi y la proa de Balerdi a la derecha. Fue el 10 de noviembre de 2018. Fotografía de Pilar.
viernes, noviembre 09, 2018
Amanita muscaria
Amanita muscaria. Jaizkibel, Guipúzcoa, España, 8-XI-2018. |
Un viejo amigo, cada vez que se encontraba con un setal de muscarias, me decía que las rusas tenían que ser "menos tóxicas". Y yo interpretaba en sus palabras cierta cierta ensoñación voladora que lo llevaba a bosques lejanos, exóticos, casi ficticios... Luego leí Homo zapiens, de Pelevin, y acepté que los rusos (y mi amigo) habían desarrollado, por así decirlo, otro interés micológico.
P.D. : Si se mira la cutícula roja de la muscaria el tiempo suficiente, se adivina el rostro de la bruja.
domingo, noviembre 04, 2018
Mentira y trasquilón
La clienta ha pedido verde y habla demasiado mientras el tinte le impregna el cabello y suena una voz distorsionada de reguetón en el hilo musical. Pero ha conseguido decir "óvulos congelados" y captar la atención de los dos peluqueros y los cuatro clientes. Está crecida y ya defiende la mentira como una solución que va mucho más allá de su maternidad postergada o de la desconfianza que le inspira su pareja "de ahora":
-Cuando uno está todo el día hablando, termina mintiendo. Es inevitable...
-Yo no miento -interviene mi amigo el escritor y lo veo sonreír en el espejo-, solo practico la ficción narrativa.
Es muy listo y, aunque parezca una tontería, a mí me gusta tener su cabeza en mis manos cada dos meses.
-Es un ejercicio de protección ante los imbéciles que lo quieren saber todo -sigue-, o ante aquellos que no saben preguntar: hay que mentir al médico, al vecino del ascensor, al encuestador, a la telefonista que te llama todos los días, al que te pregunta la hora -toma carrerilla-, al vendedor de seguros, a la pareja, al pelu...
Entonces se me va la tijera.
-Cuando uno está todo el día hablando, termina mintiendo. Es inevitable...
-Yo no miento -interviene mi amigo el escritor y lo veo sonreír en el espejo-, solo practico la ficción narrativa.
Es muy listo y, aunque parezca una tontería, a mí me gusta tener su cabeza en mis manos cada dos meses.
-Es un ejercicio de protección ante los imbéciles que lo quieren saber todo -sigue-, o ante aquellos que no saben preguntar: hay que mentir al médico, al vecino del ascensor, al encuestador, a la telefonista que te llama todos los días, al que te pregunta la hora -toma carrerilla-, al vendedor de seguros, a la pareja, al pelu...
Entonces se me va la tijera.
lunes, octubre 15, 2018
Cata visual de más de 50 cervezas belgas
Amberes. Tres de Het Elfde Gebod (Torfbrug 10) en su casa. Nos quedamos con la Tripel (la de la derecha).
Amberes. Tres en Paters Vaetje (Blauwmoezelstraat 1): Noir de Doitignes, Troubador Obscura. Y la popular Tripel Karmeliet.
Amberes. Tres en Gollem (Suikerrui 28): la Stout de Kees, una Imperial Stout de borrosa memoria, la Tripel Kanunnik
Amberes. Tres de Groote Witte Arend (Reyndersstraat 18): Rebel Local y Golden Tricky, dos de fabricación del lugar que nos dejaron indiferentes; un valor más seguro: Tripel Malheur.
Bruselas. Un comienzo monástico y seguro de la Feria internacional: tres Val-Dieu (triples).
Bruselas. Malheur 12 y 10, tostada y rubia.
Bruselas. Kapittel Pater y Kapittel Abt. Ambas poderosas.
Bruselas. Waterloo Strong Dark y Gordon Finest Scocht. Delicias.
Bruselas. La Tripel de Lefort y la fiable tostada de Lefort.
Bruselas. Ardenne Stout
La noche hace borrosos los recuerdos...
Bruselas. Cuvée Clarisse y Kriek de Wilderen escoltan la Tripel Kanunnik.
Bruselas. Bruin, Rousse y Pater (una bandera de Corsendonk).
Bruselas. Petrus Nitro Quad (la que tiene tres estratos está preparada con nitrógeno y nos dejó la sensación de golosina artificial y sedosa, algo desagradable) y Petrus Aged Red.
Bruselas. Con Buffalo hay acuerdo: Belgian Stout es para todos los públicos, Grand Cru (derecha) para los paladares más recios.
Bruselas. Silly Scocht, entre las favoritas, Silly Scocht Chardonnay Barrel Aged para los más güisqueros.
Bruselas. Las Sint-Gummarus: dubbel y tripel (de Cornelissen).
Bruselas. La Bertinchamps Brune nos dejó tibios...
Bruselas. En Ter Dolem: Tripel, Kriek y Donker.
Bruselas. Era momento de volver a sabores familiares: Tripel Karmeliet y Deus.
Lovaina. La mejor cervecería: The Kapital. El surtido de cañeros es embriagador y uno se aposenta dispuesto a cumplir con la cata. La Fagne Bio nos encantó; la Viven Smoked Porter, excesivamente ahumada; la S. Bernardus 12 de cañero, un valor seguro. Volvemos satisfechos a la Tripel Kanunnik y la Leuvense Tripel no está nada mal... Pero la Sint Jean de Diest nos pareció redonda.
Lovaina. En el Café de Belgique: Bon Secours Bruine, Hercule y...
Amberes. Tres en Paters Vaetje (Blauwmoezelstraat 1): Noir de Doitignes, Troubador Obscura. Y la popular Tripel Karmeliet.
Amberes. Tres en Gollem (Suikerrui 28): la Stout de Kees, una Imperial Stout de borrosa memoria, la Tripel Kanunnik
Amberes. Tres de Groote Witte Arend (Reyndersstraat 18): Rebel Local y Golden Tricky, dos de fabricación del lugar que nos dejaron indiferentes; un valor más seguro: Tripel Malheur.
Bruselas. Un comienzo monástico y seguro de la Feria internacional: tres Val-Dieu (triples).
Bruselas. Malheur 12 y 10, tostada y rubia.
Bruselas. Kapittel Pater y Kapittel Abt. Ambas poderosas.
Bruselas. Waterloo Strong Dark y Gordon Finest Scocht. Delicias.
Bruselas. La Tripel de Lefort y la fiable tostada de Lefort.
Bruselas. Ardenne Stout
La noche hace borrosos los recuerdos...
Bruselas. Cuvée Clarisse y Kriek de Wilderen escoltan la Tripel Kanunnik.
Bruselas. Bruin, Rousse y Pater (una bandera de Corsendonk).
Bruselas. Petrus Nitro Quad (la que tiene tres estratos está preparada con nitrógeno y nos dejó la sensación de golosina artificial y sedosa, algo desagradable) y Petrus Aged Red.
Bruselas. Con Buffalo hay acuerdo: Belgian Stout es para todos los públicos, Grand Cru (derecha) para los paladares más recios.
Bruselas. Silly Scocht, entre las favoritas, Silly Scocht Chardonnay Barrel Aged para los más güisqueros.
Bruselas. Las Sint-Gummarus: dubbel y tripel (de Cornelissen).
Bruselas. La Bertinchamps Brune nos dejó tibios...
Bruselas. En Ter Dolem: Tripel, Kriek y Donker.
Bruselas. Era momento de volver a sabores familiares: Tripel Karmeliet y Deus.
Lovaina. La mejor cervecería: The Kapital. El surtido de cañeros es embriagador y uno se aposenta dispuesto a cumplir con la cata. La Fagne Bio nos encantó; la Viven Smoked Porter, excesivamente ahumada; la S. Bernardus 12 de cañero, un valor seguro. Volvemos satisfechos a la Tripel Kanunnik y la Leuvense Tripel no está nada mal... Pero la Sint Jean de Diest nos pareció redonda.
Lovaina. En el Café de Belgique: Bon Secours Bruine, Hercule y...
Conclusión de cuatro días: triples, tostadas (hasta la negritud) de alta graduación y algún sabor de cereza.
martes, octubre 09, 2018
Linterna nueva
Patxi estrena su Leopard. Dice que es una lanzadora, pero el sábado 6 de octubre, en Akaitz Txiki, parecía una inundadora. A menudo se habla de la felicidad de los zapatos nuevos, pero, ay, ¿y el estreno de una linterna?
P.D.: La sequía es también subterránea, no queda ni un charco en toda la cueva.
viernes, septiembre 21, 2018
Néouvielle 3 091 (Lo que va de un día a otro)
Pajarraco en la cima de Neouvielle el 26-VIII-2018. Fotografía de Patxi.
Solo fueron tres días, pero subimos y bajamos por montañas del entorno de Néouvielle, apropiándonos del paisaje (sin títulos de propiedad), reconociendo lo que antes habíamos leído en los mapas.
Con la mirada puesta en el porvenir (Néouvielle) desde Trois Conseillers 25-VIII-2018. Fotografía de Patxi.
domingo, septiembre 16, 2018
Los relatos de Askildsen
Portada sin faja. |
Portada con faja. |
Una nueva edición reúne lo mejor de los relatos del noruego Askildsen (1929). Él se ha quedado ciego y yo lo he releído todo entre la noche del 13 y la mañana del 14, este septiembre. Aquí casi casi me detengo, como Thomas de "Últimas notas de Thomas F. para la humanidad": "ya hay demasiadas palabras en circulación por el mundo, y el que habla mucho no puede mantener lo dicho".
Incómodo, hiriente, contenido, desolador, inteligente...: obligatorio para lectores de relatos.
viernes, septiembre 14, 2018
Cuatro días (Amberes, Bruselas, Lovaina), cata de 55 cervezas diferentes, una decisión
Es lo que tiene el libre albedrío...
lunes, septiembre 03, 2018
Bolsa estanca y helicóptero
A veces uno piensa en sus renuncias y en sus renuncios materiales. ¿Puedo estar sin, supongamos, una bolsa estanca? Puedo, sí, de verdad que puedo... pero ¡ay, cómo resistir la tentación de la estanqueidad! Imaginad que tenéis que vadear un río y no queréis seguir el camino más allá ensopados, cómo resolver el problema? En fin, por poder, también se puede pasar el río en helicóptero, ¿no? Así que, ¿por qué no un helicóptero en vez de la bolsa estanca para nadar y guardar la ropa?
Los materialistas me dirán que por el precio, que por los problemas de aparcamiento en helipuertos, que por la huella ecológica, que... Para mí hay un motivo más sencillo: no prescindo de las cosas porque sean caras, porque no tenga dónde meterlas, o porque contaminen, o porque me encasillen en algún tipo social, sino porque puedo prescindir de ellas. El pensamiento más o menos se resume así: Bah, para qué quiero eso.
Los materialistas me dirán que por el precio, que por los problemas de aparcamiento en helipuertos, que por la huella ecológica, que... Para mí hay un motivo más sencillo: no prescindo de las cosas porque sean caras, porque no tenga dónde meterlas, o porque contaminen, o porque me encasillen en algún tipo social, sino porque puedo prescindir de ellas. El pensamiento más o menos se resume así: Bah, para qué quiero eso.
P.D.: Sí, tengo una bolsa estanca para vadear ríos o lo que se tercie.
miércoles, agosto 29, 2018
Subida a Trois Conseillers (3 039) y Turon (3 035) desde Aubert
El 25 de agosto salimos desde el lago de Aubert, ascendemos al pas du Gat y cambiamos de ladera hacia la gran cubeta de Cap Long. La senda está marcada con hitos y llega a los neveros (cada vez menos perpetuos) al pie de la brecha Néouvielle. Los sorteamos sin pisar nieve.
Nos ceñimos a la rimaya de varios metros de altura y emprendemos el ascenso de la brecha. El punto más peliagudo no es el primero, con una cuerda fija instalada, lo malo llega inmediatamente después: un paso II+ expuesto al patio.
Una vez en el collado entre Néouvielle y Trois Conseillers, subimos cómodamente hasta la cima de Trois Conseillers (3 039).
Queremos llegar a Turon y eso nos anima a tomar una ruta fácil pero expuesta por la ladera oriental, que pierde muy poca altura y evita el cresteo de los otros dos consejeros.
Alcanzamos los hitos gemelos de la cima de Turon. (Adivirnanza: ¿qué comimos en la cima?).
Y en descenso de Turon, una mirada al oeste antes de enfilar hacia el norte por la cuenca de Estelat. Lago a lago, llegaremos al refugio de la Glère.
lunes, agosto 20, 2018
A Lezat (3 107) el 9 de julio de 2018
miércoles, agosto 15, 2018
Avisador y avisada
-¿Ya has cerrado la puerta? -dice al rato de salir de casa.
La primera vez sonó bien, un recordatorio atento, no sabía que se había juntado con un avisador. Pero pero pasados tres años, sabe que es otro más en su retahíla de avisos reiterados: ¿ya has pedido el aumento de sueldo?, mira que...; ¿ya has ido al ginecólogo?, mira que...; ¿ya has regado las plantas del balcón?, mira que...; ¿ya has vuelto a fumar?, mira que... Sabe que el de la puerta cerrada lo suelta en cuanto se alejan unos cien metros de casa.
-¿Ya has cerrado la puerta? Mira que...
-Sí.
-¿Pero con llave?
-...
-¿Ya has cerrado la puerta con llave?
-Sí, con llave. No la voy a cerrar con un calabacín -dice harta. ¿En qué momento pactaron que ella también se ocuparía de cerrar la puerta de casa?
El avisador no se conforma con avisar. Siempre hay una amenaza detrás de su aviso, un miedo latente:
-Mira que están robando en muchos pisos.
-Para lo que se pueden llevar del nuestro...
Pero el avisador es como esa gota pertinaz que levanta estalagmitas, o que tortura. La duda crece en la conciencia y tarde o temprano vence:
-Espérame aquí, que me he olvidado -busca algo que decir, el cielo está muy oscuro- el paraguas.
-¿Paraguas? Para qué, ¿no vamos en coche? -los razonamientos del avisador son simples cuando no se trata del campo estricto de sus avisos.
Ella está a punto de explotar:
-Mira que -dice con retintín- desde el aparcamiento a la clínica a lo mejor llueve. No quiero mojarme -le mira a los ojos-: Ni una gota.
Abre la puerta de casa cerrada con llave. Dos vueltas. Algo crece en su interior. Se enfurece consigo misma por haberse dejado llevar. Qué le importa a ella mojarse o no. Coge el paraguas viejo.
El avisador la espera. Ella vuelve airosa, armada con el paraguas como si fuera un lancero.
-¿Ya has cerrado...?
-No, la he dejado abierta.
Puede parecer que él no replica porque sabe que ella está nerviosa por la enfermedad. Pero actúa como un avisador de serie, acostumbrado a las ironías, a las malas contestaciones. Las soporta como males menores en su misión.
Suben al coche. Ella se sienta en la plaza del conductor. Ha insistido en que quería conducir. Hoy le dan los resultados de la analítica, pero de algún modo ya sabe qué le va a decir el médico.
-El cinturón...
Ella se ancla el cinturón, enciende el motor y el indicador del combustible del salpicadero marca la raya más baja de las seis. Aprieta los dientes. Está dispuesta a prescindir hoy de todos los avisos. Sale sin poner el intermitente. El avisador no se percata, él está poniendo música; además, tiene un patrón de avisos, y la raya del combustible o un intermitente no entran en el campo de las responsabilidades avisadoras que él se ha atribuido.
Canta Freddie Mercury.
La conductora sabe que va a ser una tarde memorable. Ha dejado la puerta abierta de casa, toma el camino más largo y espera que se queden tirados en la carretera. "¿Cómo no me has avisado de que íbamos con la reserva de gasolina?, mira que...", le reprochará ella. Ya se imagina a su avisador caminando por el arcén con la garrafa de gasolina en dirección equivocada. Y la lluvia. Y el goteo bajo el paraguas con dos agujeros de colilla.
Mama, just killed a man...
Ella confía en no llegar hoy a la clínica.
La primera vez sonó bien, un recordatorio atento, no sabía que se había juntado con un avisador. Pero pero pasados tres años, sabe que es otro más en su retahíla de avisos reiterados: ¿ya has pedido el aumento de sueldo?, mira que...; ¿ya has ido al ginecólogo?, mira que...; ¿ya has regado las plantas del balcón?, mira que...; ¿ya has vuelto a fumar?, mira que... Sabe que el de la puerta cerrada lo suelta en cuanto se alejan unos cien metros de casa.
-¿Ya has cerrado la puerta? Mira que...
-Sí.
-¿Pero con llave?
-...
-¿Ya has cerrado la puerta con llave?
-Sí, con llave. No la voy a cerrar con un calabacín -dice harta. ¿En qué momento pactaron que ella también se ocuparía de cerrar la puerta de casa?
El avisador no se conforma con avisar. Siempre hay una amenaza detrás de su aviso, un miedo latente:
-Mira que están robando en muchos pisos.
-Para lo que se pueden llevar del nuestro...
Pero el avisador es como esa gota pertinaz que levanta estalagmitas, o que tortura. La duda crece en la conciencia y tarde o temprano vence:
-Espérame aquí, que me he olvidado -busca algo que decir, el cielo está muy oscuro- el paraguas.
-¿Paraguas? Para qué, ¿no vamos en coche? -los razonamientos del avisador son simples cuando no se trata del campo estricto de sus avisos.
Ella está a punto de explotar:
-Mira que -dice con retintín- desde el aparcamiento a la clínica a lo mejor llueve. No quiero mojarme -le mira a los ojos-: Ni una gota.
Abre la puerta de casa cerrada con llave. Dos vueltas. Algo crece en su interior. Se enfurece consigo misma por haberse dejado llevar. Qué le importa a ella mojarse o no. Coge el paraguas viejo.
El avisador la espera. Ella vuelve airosa, armada con el paraguas como si fuera un lancero.
-¿Ya has cerrado...?
-No, la he dejado abierta.
Puede parecer que él no replica porque sabe que ella está nerviosa por la enfermedad. Pero actúa como un avisador de serie, acostumbrado a las ironías, a las malas contestaciones. Las soporta como males menores en su misión.
Suben al coche. Ella se sienta en la plaza del conductor. Ha insistido en que quería conducir. Hoy le dan los resultados de la analítica, pero de algún modo ya sabe qué le va a decir el médico.
-El cinturón...
Ella se ancla el cinturón, enciende el motor y el indicador del combustible del salpicadero marca la raya más baja de las seis. Aprieta los dientes. Está dispuesta a prescindir hoy de todos los avisos. Sale sin poner el intermitente. El avisador no se percata, él está poniendo música; además, tiene un patrón de avisos, y la raya del combustible o un intermitente no entran en el campo de las responsabilidades avisadoras que él se ha atribuido.
Canta Freddie Mercury.
La conductora sabe que va a ser una tarde memorable. Ha dejado la puerta abierta de casa, toma el camino más largo y espera que se queden tirados en la carretera. "¿Cómo no me has avisado de que íbamos con la reserva de gasolina?, mira que...", le reprochará ella. Ya se imagina a su avisador caminando por el arcén con la garrafa de gasolina en dirección equivocada. Y la lluvia. Y el goteo bajo el paraguas con dos agujeros de colilla.
Mama, just killed a man...
Ella confía en no llegar hoy a la clínica.
lunes, agosto 06, 2018
Edelweiss y cuernos
jueves, agosto 02, 2018
Bajada del Seil de la Baque
miércoles, agosto 01, 2018
Cuando las Peñas de Aya verdean
lunes, julio 23, 2018
Pala de Alcañiz (2 765)
Desde la cima de la pala de Alcañiz (o Bucuesa) con la mirada puesta hacia Escarra, Midi Ossau... Al fondo a la derecha se solapan Arriel y Palas.
El 18 de julio, la subida y la bajada por la vertiente de Ip fueron exigentes por los corredores de nieve que obligaban a usar los crampones con mucha fe.
El 18 de julio, la subida y la bajada por la vertiente de Ip fueron exigentes por los corredores de nieve que obligaban a usar los crampones con mucha fe.
jueves, julio 12, 2018
jueves, julio 05, 2018
Una mirada a las aguas tuertas
Aguas tuertas de Escalé, en el ascenso hacia Acué. 1 de julio de 2018. Fotografía de Patxi.
P.D.: Tuertas de tortus, torcido.