Al niño le cuelgan los espaqueti en las comisuras de los labios y tiene la sonrisa atomatada (sangrienta, en su imaginación).
-¡Soy un vampiro! -exclama reafirmándose ante su padre.
-¿Vampiro? Benito, pareces un frailecillo.
Al niño le cuelgan los espaqueti en las comisuras de los labios y tiene la sonrisa atomatada (sangrienta, en su imaginación).
-¡Soy un vampiro! -exclama reafirmándose ante su padre.
-¿Vampiro? Benito, pareces un frailecillo.
-¡Insoportable!
La madre, joven y con aire de deportista, se dirige a su bebé, que llora amarrado en la sillita. El niño tiene los meses justos como para no saber hablar ni caminar. La madre toma aliento y se da unos segundos antes de ratificar a voz en grito, desesperada:
-¡Eres insoportable! -Pausa. El bebé sigue con el berrinche-: ¡Y ya no vamos a ir a más carreras contigo!
P.D.: Cerrado el control de meta de la carrera Behobia-San Sebastián, han llegado 24184 corredores y se computan dos infartos y 125 atendidos por golpes de calor. Yo añadiría un berrinche doble a las 12,40 h en la puerta del polideportivo Paco Yoldi.