Hoy he vuelto al verdadero café con leche (que no se consigue disolviendo polvos en agua caliente), hoy he dejado el plumas y los cero grados del refugio en Plaza Mulas (4.370 m.s.m.) por los 35ºC de Mendoza, hoy cenaré bife de chorizo (solomillo brutal). Ayer caminé 40 kilómetros, ayer me duché después de nueve días.
Y todo esto, excepto lo de la ducha, en compañía de Lucía.
Y al blog volví, podías decir. Me dan envidias los Andes, los 35 grados y el bife de chorizo, aunque por aquí hay unos chuletones que no le hacen sombra. Abrazo
ResponderEliminarQué envidia... os dedico a los dos la degustación de la col gigante comprada en el mercado de Santa Eulalia esta mañana. Todo un show: profesora de uni que sustituye en las clases a su compi de despacho, maquillada como una puerta, pantalón negro de traje, tacones de infarto, carrito plegable con un ruido infernal, paseíto para arriba del mercado, paseíto para abajo... acento murciano casi conseguido, ¿algo má (sic), nena?, No, ná (sic).
ResponderEliminarLucía debe escribirse en presente: Luce. O en gerundio: Luciendo... Luciendo un envidiable estado físico, reflejo del otro, trepó, sudó, no durmió, se enfrió, se embarró... y sonrió y animó, hasta que descendió y desayunó, por fin, café con leche de verdad... ¡Luce como... ¡Cómo luce Lucía!
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