Así se gesta el mandamiento en la montaña:
Iñaki carga con la mochila,
Aitor observa.
Lo malo del biberón, de los cuidados por la noche, de los paseos en cochecito, de... es que no te acuerdas y tal vez no tienes conciencia de la deuda de amor. Conviene imaginarlo más a menudo.
Totalmente de acuerdo. Ahora que tengo una hija me doy cuenta de muchas cosas que hicieron mis padres y los valoro más todavía...
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo.
ResponderEliminarEn mi caso el mandamiento se fue gestando sobre ruedas. No tengo fotos pero da igual:
ResponderEliminar1-Mi padre levantado un domingo de enero a las siete de la mañana, preparando té con limón para que me llevara un bidón calentito al entrenamiento.
2- Mi madre en los "boxes" de una carrera de ciclocrós en Ormaiztegi, un 28 de diciembre, 2 grados bajo cero. Yo pasaba por allí, le dejaba mi bici atascada de barro y ella me daba otra limpia; yo seguía dando vueltas al circuito y ella mientras tanto limpiaba la bici embarrada a manguerazos para cuando yo la necesitara. En los "boxes" había una docena de entrenadores-limpiabicis-morroskos y mi madre.
Y no me cabe duda de que la amatxo tenía completamente dominados a aquellos entrenadores-limpiabicis-morroskos...
ResponderEliminarAbrazo.
Claro. Entre ellos se peleaban por pillar cuanto antes las mangueras, pero a mi madre se la cedían y le ayudaban a limpiar mi bici. Como hacía mucho frío, mi madre llevaba un gorro de colorines muy gracioso.
ResponderEliminarNunca hice nada destacable en las carreras de ciclocrós. Pero ahora mi madre me hace la declaración de renta.
Abrazo de vuelta.