Las vallas que rodean las obras de la nueva estación de autobuses en Pamplona tienen ventanas abiertas para que los curiosos (casi todos jubilados, hombres) miren y opinen si las cosas se están haciendo como Dios manda. Son grandes estos jubilados... Aunque alguno, como el de la fotografía, tiene que auparse en el escaloncito para llegar.
Con mi 170 de altura también tendría que "auparme" para llegar, ¿y qué? Te estoy esperando, la próxima, ofreceré resistencia (seguimos con el tema de la musculosa).
ResponderEliminar¿Y por qué no abren ventanucos así en los despachos de los constructores y los concejales de Urbanismo? Sería bastante interesante.
ResponderEliminarjajaja
ResponderEliminarme encantan los viejillos viendo las obras. La verda des que con esta lo tienen un poco mas dificil, hace ya tiempo que se turnan para mirar.
Un saludo!
¡Qué bueno ver que la democracia sigue encontrando sus ventanucos de libre expresión!
ResponderEliminarQuería esa foto. La mejor postal de Pamplona: desde el autobús, doblando la oreja hacia la estación. Lo más curioso es la mueca de los venerables, al desencalarse y volver a sus circunstancias.Siempre la misma. Ellos sí que saben.
ResponderEliminarLos jubilados usualmente deben auparse en los escalones pues padecen de culebrilla. No es por una vejez que les quitó la agilidad, como indica la creencia popular.
ResponderEliminarEn mi pueblo no les de esas hacen ventanas a los abuelillos, lo bueno es que las vallas son de reja y tela así que ellos hacen sus propios agujeros para poder ver. Al final hay más agujeros que valla.
ResponderEliminarEsos ventanucos se pusieron de moda con las obras de la Plaza del Castillo. Este jubilado parece llevar una txapela en la mano derecha. ¡Se descubre ante una obra sin par!
ResponderEliminarNo sé por qué razón ustedes -los españoles- siempre quedan omnibulados ante las construcciones. En Uruguay los que quedan embobados, cuando pasan mujeres, son los obreros. Será nuestro estigma tercermundista.
ResponderEliminarLe explico, Anonetoy, que en Uruguay no quedamos omnivulados ante las construcciones porque está lleno. Abundan. Eso sí, nunca se terminan. Creo que en la Facultad de Arquitectura no enseñan a terminar edificios. Sólo a poner los cimientos.
ResponderEliminarPara que se hagan una idea -ustedes, los españoles-, en el centro de Montevideo se está construyendo hace años -luz- un edificio imponente. Con vidrios verdes y todo, estilo World Trade Center, pero menos riesgoso. En un principio, iba a ser el Palacio de Justicia. Pero, con los años, redefinieron el destino del edificio. Serán las "Oficinas de Presidencia". Se calcula que la inauguración se hará el 18 de julio de 2830, con los mil años de Uruguay.
Esto de los esqueletos arquitectónico me pone un poco nervioso. Disculpen.
omnibulados, omnivulados... madre mía.
ResponderEliminarTodos nos confundimos.
ResponderEliminar"Admirados" o "sorprendidos" es menos rimbombante pero más seguro, anonetoy y al nonino.
Anónimo: da para invocar a todos los ancestros, es cierto, pero sólo si se pone después la firma.
La de comentarios que da hablar de la obra, en todos los sentidos
ResponderEliminarRespondiendo a los amigos compatriotas, les digo que yo sí quedé ovbniubribilado por las maravillosas obras que nuestra presidencia hizo para recibir a los líderes mundiales este fin de semana. Y fui a chusmear y todo. No saben cómo quedaron las veredas... ¡y ahora todas las farolas funcionan!
ResponderEliminarY el palacio de justicia funciona, acabemos con ese mito. Yo veo gente entrar y salir de ahí todos los días... basta de mentirle a los turistas para que vengan a dejar sus divisas con ese cuento.