El domingo, Aralar estaba oscuro. Encontramos un buzón de connotaciones eiffelescas (propongo el uso de este adjetivo para cualquier cosa parecida a una torre de meccano). Ahí posa el grupo:
Pilar,
Patxi,
Kristina,
Ángel y
Álvaro.
Dos detalles.
1.
Ángel, como siempre, cierra los ojos ante las fotografías. Sus padres le dijeron que eran riojanos, pero todos sabemos que este albino procede de una oscura tribu de Gambia, donde creen que te pueden robar el alma si muestras tu mirada a una cámara (especialmente si es digital).
2. ¿
Álvaro robó sus guantes al Monstruo de las Galletas o a Coco?
Bajamos por el gris. ¡Viva el karst!
¡Eresfea! Bueno volver a leerte/verte.
ResponderEliminarNo sería bueno abrazar ese buzón durante una noche de tormenta eléctrica. Es el perfecto pararrayos.
Me gusta ese buzón!!
ResponderEliminarSí que te quiero ("tontorrón", dijo). El domingo se avecina una travesía por nieve preciosa...
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