
¿Alguien pensó que olvidé el oso?
He descubierto uno de sus cagaderos fijos: calle Edil Hugo Pratto, entre Acevedo Díaz y Cassinoni.
Paso por el lugar y no veo a la fiera, pero sé que ha estado ahí. La prueba es contundente, altiva. Otro monumento megalítico se levanta en la vereda. Tengo pruebas fotográficas. Pero, tranquilos, para "no herir sensibilidades" (una moda del siglo XXI) mostraré sólo el expresivo retrato hallado a cien metros del cagadero.
Es Osobuco
ResponderEliminarFíjate. Se ríe un poco como cobi cabrón -cabroncete, para no herir sensibilidades-.
ResponderEliminarJ., observa sus ojillos, entre el esfuerzo y el gusto de la liberación.
ResponderEliminarQué cierto. Transmite hasta tranquilidad. Un gusto.
ResponderEliminarEs oso ondo.
ResponderEliminarPor encima del retrato, un rastro de sangre (en blanco y negro) de alguna víctima.
ResponderEliminarControla el apetito periodístico, Eresfea, o vas a ser la próxima víctima.
¡Cielos, puedo morir sepultado!
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