Historias de Londres reúne descubrimientos, manías y anécdotas londinenses de Enric González (España, 1959) -y de su mujer, Lola-, cuando El País solucionó la espantada de su periodista (“quemado”) y colocó a González como corresponsal en Londres. Él escribió después-de-Londres. Publicó en la editorial Península. Ahora lo reedita RBA.
(Y yo me acuerdo de la londinense Marie).
El equilibrio entre el autor (González) y la realidad (Londres) funciona de maravilla, Historias de Londres podría haberse titulado Crónica del Londres finisecular (del XX). Pero González no es pedante: el lector aprende y se divierte, y el lector más raro, ése que lee para aprender a escribir, encontrará muchas cuestiones teóricas resueltas en la práctica.
Los buenos deseos, de Yiyun Li (China, 1972). Otra escritora que pasó por la Universidad de Iowa, como hará pronto mi amigo Antonio.
¡Leer, leer, leer, leer! Me ahorro los comentarios con una valoración entusiasta y una definición remachada:
-el mejor libro de 2007, me juego hasta el noviembre presente y el diciembre futuro;
-son cuentos, son de amor, de Amor.
Habrá qué. Y más siendo raro.
ResponderEliminarYo los quiero leer, que viajen contigo a Montevideo.
ResponderEliminarBeso.
Viajarán.
ResponderEliminarSi, que viajen, me tienta muuuucho el de Yiyun Li.
ResponderEliminarMe sigue gustando más Historias de Nueva York, quizá porque Londres lo conozco demasiado y NY está aún por descubrir...
ResponderEliminarLeeré, leeré, leeré, leeré.
ResponderEliminarQué gracia. Me dejó pensando. ¿Será que salí espantada, o que soy una pedante?
ResponderEliminarQué tipo tan arriesgado. Siempre puede haber un Coelho al salir para regalo de Navidad...
ResponderEliminarEresfea, me gustaría unos conceptos de Ian McEwan. Lo estoy conociendo con En las nubes y me está callendo muy pero muy bien. Todavía no sé porqué, pero me cae bien.
P.D: No sé si quedó claro, pero lo de los conceptos era para usted. Que me cuente algo de él. Qué le parece, etc.
Marie, era por Londres, punto. No me sea suspicaz.
ResponderEliminarPreso, comprendo que le guste McEwan, maneja la ironía y es feroz. Forma parte de una generación británica que ya no es nueva (¿la antepenúltima?).
Los literatos británicos pasan tan rápido como los músicos. Crees que estás leyendo/escuchando lo último..., y ya te has quedado rancio.
De él, de McEwan, me quedo con Amsterdam.
Interesante. Por lo visto ya no tiene sentido la lectura. Hay más libros que litros de agua potable. Eso no puede ser bueno.
ResponderEliminarMe comprometo a leer Amsterdam. Un abrazo, nivelado, y gracias por las palabras.
OK. Justo ayer me topé con las Historias de Nueva York en una librería. Estaban caras...
ResponderEliminarSoñoliento, mecido por mi iPod, entré despistado en una librería. Cuando vi "Los buenos deseos" casi a los diez segundos de entrar, pensé que Yiyun Li me estaba esperando. Y me dije que yo era su amor, que en mismo momento me la llevaba para casa.
ResponderEliminar"... que en ese mismo momento...", que parece que ahora sólo hablo dormido y medio indio.
ResponderEliminarOh, y mayúscula en ese "que". Bueno, da igual, hoy prefiero a Yiyun Li que teclear.
ResponderEliminarYa tengo dos listas: "Escuchando a Sincopado" y "Mira que eres fea, para leer". ¡Gracias por la segunda!
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