Me dicen: "A ti no te cuesta nada...". Me escriben: "Cuando tengas un rato". Me piden.
La caridad con mi tiempo depende ahora, sobre todo, del correo electrónico. Normalmente los GTA (pronúnciese jeta y úsese el plural jetas) me piden que escriba algo, que corrija mucho, que responda preguntas a las que ya di respuesta en persona ("Pero me olvidé, repíteme..."), también me pasa a menudo que respondo por escrito y borran el correo electrónico, o mando un documento adjunto que imprimen y luego pierden...
El correo electrónico es mi perdición. ¡En tantas ocasiones quisiera que funcionara como mi móvil/celular! Con ese aparato sí que he alcanzado la perfección comunicativa: no me molesta nadie para disponer de mi tiempo a su antojo. Reconozco que cuenta a mi favor un detalle nada casual: no tengo móvil/celular. Pero soñé que lo tenía y qué sudores, con esa experiencia me sobra.
Hoy, 16 de junio de 2008, tengo tres cuentas de correo electrónico. En la que más uso esperan 147 mensajes sin abrir.
¿Qué hace pensar a la gente que cuando envía un mensaje de correo electrónico será leído en el plazo de unos minutos? ¿Qué le hace pensar que obtendrá respuesta? A veces leo los mensajes y me olvido de contestar (muy a menudo), en otras ocasiones no quiero contestar; tampoco faltan los mensajes que requieren un reposado (como el vino) o los que quisiera responder largamente, pero no dispongo de tiempo para eso y esperan la oportunidad.
Así que hay mucha gente enfadada conmigo, por mi mala educación, por mi falta de respuesta, porque no les he respondido para dedicarles el tiempo que ellos precisan.
Y llega la puntilla: "Si quieres, tienes tiempo".
Sigo calculando qué me cuesta más tiempo: responder y convencer de que no tengo tiempo (no admiten las pruebas) o responder y hacerles el favor que aumentará mi deuda de trabajo/tiempo (en números rojos desde hace años).
De momento, si no respondo a tus correos cuando me pides algo, ya sabes: seguro que me olvidé de contestar o necesito mucho más tiempo para responder como te mereces.
P.D.: En la fotografía, el cisne negro y argentino pone en su sitio a la nutria argentina. Un segundo después le metió el picotazo.
P.D.2: No soy tan bueno como él.
Qué a gusto, ¿eh?, estos picotazos largamente rumiados...
ResponderEliminarPues yo encontré hace meses la solución definitiva a tu problema, y te envié un correo electrónico por si querías que te la mandara.
ResponderEliminarLástima porque la he perdido.
Jajaja. Qué par.
ResponderEliminarhttp://bestiario.com/letras/d.php?id=301
Abrazote.
El tiempo ajeno puede interferir con el tiempo propio. Y viceversa.
ResponderEliminarLa vida es un constante gestionar tiempos ajenos.
Eso tú, walrus, que eres un gran gestor.
ResponderEliminarJ., ya quedó vinculado en una postdata, gracias.
Sergio, voy a tener que invitarte a una cerveza, o a un café, o... Será dentro de un mes.
Ander, tú sabes... Sí, la verdad, muy a gusto. Aunque tengo macerando demasiados venenos, je, je.
Qué cruz. Y, todavía, hay que leer los comentarios de los post. Y responder. Que disfrutes de los ensayos.
ResponderEliminarAbrazo.
Yo intento no molestarte. Perdón.
ResponderEliminarAdemás del tiempo que necesitarías, calcula el coste económico de ese tiempo dedicado a responder y ya verás.
ResponderEliminarEimb, no molestas.
ResponderEliminar¿No será "Eimb, no molestes"?, jeje.
ResponderEliminarEntiendo entonces que me entiendes...
ResponderEliminarTe debo un mail desde hace mucho tiempo, a tí y a Antonio. Y es porque nunca puedo dedicaros todo el tiempo que os mereceis. Y no es broma.
Me suele pasar a menudo, muchas veces me tomo el correo electrónico como una carta, como un correo postal de "los de antes" y no como un mensaje de móvil. Hay que saber acertar con el concepto. Y mimarlo y dedicarle tiempo. ¿Es o no es cierto?
Espero que me disculpes. En cuanto pueda lo haré.
Abrazo.
creo que te faltó incluir la categoría de correos que no contestás, para impedir que se desarrolle un vínculo peligroso.
ResponderEliminarDoy fe: los mails de Caravinagre son cartas.
ResponderEliminarOtros no somos jetas ni getepés (del tiempo propio) y lo único que hacemos es dejar mensajitos en blogs un par de veces al mes, como mucho. Los correos electrónicos son como la deuda externa de los países tercermundistas: siempre los debiste, te los reclaman con avidez y, si no respondes, ... Bueno, que no esperen respuesta.
ResponderEliminarOye por casualidad no podrías orientarme en la búsqueda de una ...
ResponderEliminarJajaja. Me he divertido leyéndote. Tiemblo pensando en el veneno en maceración!!!