Después de cinco jornadas de riguroso montañismo en compañía de
Álvaro,
Julen,
Donos y
Lurdes, descanso un día en San Sebastián.
El jueves 17 triunfamos en la Gran Facha (3.005). Alguien dijo emocionado por su primer
tresmil:
-Me voy a tatuar
Gran Facha en el brazo.
Otro comentó:
-Mejor no…
Y todos reímos.
Al final del día, la fatiga cayó como la nube en el valle de Marcadau. Después, en la cena del refugio, con las lentejas con salchichas, volvieron las risas.
P.D.: Insisto en el poder euforizante de las lentejas.
Lentejas... Qué delicia! Una comida sólo superada por un buen plato de patatas con huevo frito.
ResponderEliminarEuforizante... y laxante. Que ayer se le quemaron a Lola y al verme sin ellas me cagué en todo.
ResponderEliminarImbeciles...
ResponderEliminarCuidado con la calva, Alvarito.
ResponderEliminarSi eso es ser imbécil, me apunto!
Que gente mas fea...
ResponderEliminarQué comentarios más feos, anónimo.
ResponderEliminarLa verdad duele...
ResponderEliminarJOSEAN! SOY FLAVIA V. DE BS AS, POR UNA CAUSALIDAD DE LA VIDA ALGUIEN ME HABLÓ DE TU ERES FEA QUE PARA MÍ ES LINDA-MONONA-PRECIOSA Y BELLA, LA ALEGRÍA DIGO,DE HABERTE REENCONTRADO QUERIDO AMIGO VASCO, CHE!
ResponderEliminarflavia@tortarte.com.ar
Eresfea, tanto monte te está dejando flaco. Dale más a los huevos fritos :)
ResponderEliminarBesos