El jueves 7 de agosto,
Patxi y yo practicamos la caza en el trayecto de Betelu a Lizarrusti, por Aralar.
Patxi posa en medio de ninguna parte junto a la cabeza de jabalí disecada. Yo, en el hayedo, no muestro el kilo de
gibelurdiñas, rúsulas comestibles (
vesca,
aurata,
olivácea y
cyanoxantha).
El sábado 16 de agosto,
Ángel,
Imanol y yo íbamos a subir Putterri, de nuevo en Aralar. El camino nos regaló la oportunidad de las rúsulas “a navaja abierta” (otro kilo). Lo novedoso fue la ardilla joven que atrapamos viva y coleando. Cuando la soltamos después de la sesión fotográfica, coleaba lo mismo.
¿Qué contará la ardilla a sus amigas?
ResponderEliminar¡Ahh! Adorable. Suerte que no quedó atrapada dentro de la bolsa.
ResponderEliminarQué lindo bicharraco
ResponderEliminarQuizá que tres monstruos inmensos la acosaron entre las hayas y que, cuando la atraparon, la manosearon para dejarla en el mismo lugar. Absurdo, se mire como se mire...
ResponderEliminarSi es una ardilla lista, les dirá que necesita avellanas y nueces para recuperarse del susto (a ver si cuela).