jueves, agosto 28, 2008
Kjell Askildsen, El Malo, en español
Siempre me han gustado algunos adjetivos elementales: bueno, feo, malo, tonto... Los usan con precisión los niños, y yo los imito (“eres fea”). Cuando leí por primera vez a Askildsen, pensé en el seudónimo de Carlos II, un rey navarro. Desde entonces, para mí, es Askildsen El Malo.
Mirad, mirad su foto (pescada aquí) con esas arrugas que parecen cortadas abiertas con hielo.
Ahora, la sociedad editorial de Lengua de Trapo y Debolsillo, con una de esas ediciones compactas (baratas), reúne en Todo como antes tres libros de cuentos:
Últimas notas de Thomas F. para la humanidad,
Un vasto y desierto paisaje
y Los perros de Tesalónica.
Que no despiste la lectura de Últimas notas de Thomas…, por momentos simpática. Askildsen El Malo es el autor del realismo más alejado del amor (uno de los ejemplos más devastadores es el cuento “Un vasto y desierto paisaje”).
Saborcillo existencialista, racionalismo consecuente, incomunicación… Sí, incomunicación y buenas dosis de soledad, egoísmo y alcohol. Lo suficiente para citar a Carver y sus mariachis (con perdón). Pero Askildsen no es Sucio ni estadounidense. Es noruego, nació en 1929 (antes que los autores del Realismo Sucio) y, sobre todo, supera el yo-me-mí-conmigo que explora la herida propia, la pus de la narrativa estadounidense contemporánea. Él mira (mucho) más hacia fuera.
Ahora, Lengua de Trapo publica Desde ahora te acompañaré a casa. Si alguien quiere empezar a leer la colección de cuentos por el final, “El significado" y “Todo como antes” darán la medida exacta de los poderes de Askildsen. Yo he anotado estas líneas de “Final del verano”, en la pág. 51: “entonces comprendí perfectamente el sentido de aquellas palabras que mi padre había escrito, creo que con tinta, en el estuche de los prismáticos: “Para el que es limpio, todo es limpio, excepto unos prismáticos”.
Askildsen siempre encuentra una fisura, el punto débil, el error… Sí, Askildsen es El Malo, el explorador de las situaciones de desamor. Ahí esta el agujero negro.
Qué bien suena Askildsen; todavía tengo en la memoria a Agota Kristof. Estoy seguro que si el tipo es bueno, su nombre no se me va a olvidar.
ResponderEliminarUna duda, no es yo mi me conmigo?
ResponderEliminarGracias,
Debolsillo tiene una colección francamente excepcional...
ResponderEliminarPues otro que apunto... para una época de bonanza...
Después de tanto, vuelvo a Eresfea. Leo 12 publicaciones de un tirón. Y me sale decir:sonría, es contagioso.Una de esas iluminaciones, creo.
ResponderEliminarGran abrazo, Josean El Malo de Literatura III.
Prefiero los agujeros de gusanos. Leeré a este hombre.
ResponderEliminarEresfea, no sabés cómo está el ambiente futbolìstico por estos lares. El juez Liber Prudente suspendió el partido entre Nacional y Villa Española porque nuestro equipo entró a la cancha un minuto después de lo establecido. Las 10.000 personas no lo podíamos creer, nos fuimos enojados, en marcha por la avenida 8 de octubre, pidiendo la cabeza en Prudente. Como no la pudimos ocnseguir, nos reunimos a la salida de las cabinas de los periodistas, con bombos y banderas. El imparcial Alberto Kesman resultó herido en la cabeza, gracias a un piedrazo. Otros periodistas corrieron similar suerte.
ResponderEliminarUna pena que no hayas podido vivir esto.
Abrazo tricolor
Walrus, lo he visto en la televisión (en España), pero sólo cuentan la anécdota de la suspensión del partido; no vuestra marcha, la cabeza demandada ni el piedrazo (no "gracias"..., que se te ven las ganas).
ResponderEliminar(Añado: era más fácil trancar la puerta del Estadio... Je, je).