martes, octubre 28, 2008
Eboluzion educativa
Antes te enseñaban a ser bueno o lo intentaban, al menos. Yo oí: “Tienes que ser bueno”. En algún momento se empezó a dudar de la bondad. No sé cuándo sucedió esto. En el cine, por ejemplo, John Wayne dejó de enfrentar la muerte de frente, con una causa justa y en inferioridad numérica, para dar paso a Clint Eastwood y la eficacia del tiro por la espalda, con el desprecio del silencio o con un comentario sarcástico.
Ahora te enseñan: “Tienes que ser”. Desplazada la bondad, surge la autenticidad. Donde antes se decía que alguien era bueno, ahora se dice que es auténtico. (Lástima que la autenticidad cambie como la opinión de un borracho).
La frase educativa en fase menguante culminará con un: “Tienes”. Bastará con que tengas algo, aunque sea el apartamento de ¡Torreviejalicante! que tu abuela ganó en el Un dos tres. Yo, por ejemplo, ¡estoy tan orgulloso de mis botas Raichle!
Después del tienes (reconvertido rápidamente en el egoísta desposesivo no tengo) se instala el conformismo del hay (es lo que hay*).
“La muerte en directo”, dijeron el sábado en el informativo de noche de A3. Y colocaron unas imágenes de un atentado en Georgia (la patria chica de Stalin): ¡pimpampún!, asesinaban a un hombre, gritos, el hombre asesinado tendido, gritos. No hubo explicaciones de los bustos informativos de A3, y, sin más, pasaron a otro asunto. La consagración de la asquerosa trilogía del tópico: pura, cruda y fría (¿realidad?).
Además del hay (purocrudofrío), está el acostumbramiento indolente del siempre hubo. Y ya está: siempre hubo violaciones, siempre hubo asesinatos, siempre hubo niños negros con moscas en la boca por Navidad, siempre hubo pornografía infantil…
Fuera del siempre hubo, algunos sólo te concederán dos salidas: serás una oveja más de alguna campaña orquestada, o un egoísta con el papel de pastorcillo para tontainas (quizá uno de aquellos que escucharon lo de tienes que ser bueno), que aspira a dinero fácil o fama (al tienes).
* Alberto Kesman, periodista deportivo uruguayo, ha elevado a rango de dicho el “Es lo que hay, valor”
Aplaudo.
ResponderEliminarAprendo.
ResponderEliminarAsiento.
ResponderEliminarComparto.
ResponderEliminarBea
Después del "hay" se asentará el "¡ay!", aunque pocos asumirán las consecuencias de sus actos.
ResponderEliminarQue algo sea frecuente no significa que sea normal. No importa que el 99% de la población vea algo negro; si es blanco, yo seguiré diciendo que es blanco.
ResponderEliminarSon enseñanzas de mi padre.
Preocúpome.
ResponderEliminarcuanta razón tienes, y que lástima siempre haya que añadir lo de "pero no tonto" a lo de soy bueno o quiero serlo como me enseñaron que debía ser
ResponderEliminar