El sábado pasado,
Asun,
Karmele,
Lourdes,
Pilar y yo ascendimos a Garmo Negro (3.051) desde el Balneario de Panticosa. Por la mañana llovía, pero nos arriesgamos (como dirían
Adelaida y
Juanjo) y tuvimos nuestro premio dos horas después, cuando las nubes se abrieron y un tímido sol nos acompañó, al menos, hasta cerca del collado de Garmo Negro. A partir de ahí, zarandeados por las rachas de viento, subimos la pala final nevada contra el cielo gris.
En la cima no nos pusimos en cuclillas como
Robert Duvall, para decir emocionados “
allí olía a... victoria”. Pero olía, olía.
P.D.: En la fotografía victoriosa,
Lourdes mira de refilón el posible ataque antitroskista de
Karmele, piolet en mano.
Veo, además, que la victoria fue respetuosa con los Dioses: Como en el Kangchen, habéis dejado sin hollar la propia cima por respeto a los mismos (o a Robert Duvall, tal vez).
ResponderEliminarParece la foto final de un "reality extremo" en el que el equipo azul se declara ganador y el equipo rojo muestra su agotamiento y enfado.
ResponderEliminarSergio, no enredes con lo de rojos y azules... Je, que me vas a crispar el blog.
ResponderEliminarSí, IK, doble respeto: punta de nieve blanda y Duvall.