Hay un lugar de la calle 21 de Septiembre, en el barrio de Pocitos, Montevideo,
al que regreso una y otra vez. Ahí tomo el pulso al urbanismo local.
Y me entra una fe en los sólidos valores permanentes... (Véase el primer plano).
P.D.: La imagen es de este sábado invernal (29 de agosto), otro fin de semana al borde de los 30ºC.
Me quedo con el que espera en la esquina... ¿Qué espera? ¿Espera que definitivamente se dé un cambio? ¿O el próximo 121?
ResponderEliminarMe temo que el muchacho tenía vocación de modelo. Me vio con la cámara y empezó a remolonear para ver si salía en el retrato...
ResponderEliminarMe recuerda a los ochenta.
ResponderEliminarPues tiene su encanto la calle...Transmite cierta tranquilidad, es una calle como de andar por casa. Eso sí, si vas con tacón de aguja, olvídate... te matas.
ResponderEliminarbetttyboop
Quien se atreva a pisar esos sólidos valores notará todo el peso de la permanencia, arrastrando los pies durante un buen rato.
ResponderEliminarNo tienen pinta de ser valores de oso, por muy sólidos que sean.
ResponderEliminarEl derrame cerebral de alguien
ResponderEliminar¿Vuelves al Norte? Déjate de valores sólidos y pásate a los gaseosos. Una pochada cambiará toda tu escala y criterios. jeje.
ResponderEliminar¿De verdad le tomaste el pulso?
ResponderEliminarTodo por la ciencia, Ander.
ResponderEliminarYo soy más de babarruna, caravinagre.
Algún mapache..., narrador audiovisual. Un animal salvaje, seguro.
Montevideo, estaba pensando si conoces a Javi Callejón, un gran amigo mío, pero de repente le he visto en uno de sus vídeos con Lola y contigo que estás preparando la comida, muy buena pinta por cierto!
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