Cresteando en la llegada a Cambalés. Al fondo los Infiernos.
Insisto: el vasco es más tradicional que práctico. O sea, en demasiadas ocasiones se hacen las cosas porque se hicieron antes, sin buscar más razones. Y eso que el refugio de la tradición funciona en muchos casos contra la lógica, el sentido común y el beneficio propio.
“De toda la vida”. (Se puede añadir puta delante de vida desde hace unos 30 años, antes no se hacía).
“A ver si hacemos las cosas bien” (o sea: como siempre). “Txintxo ibili , ¡eh!”. “Formal, ¡eh!”. (Ese "¡eh!" es fundamental).
Otro tema es cómo se consiguen derribar algunas tradiciones en el País Vasco, pero dejo ese asunto espinoso a un lado. Vayamos al origen. No es fácil animar al vasco para que empiece a hacer algo simplemente porque sea práctico, porque sea útil. En el sistema de castas vasco, esa práctica está vinculada a su reconocida casta ingenieril.
Entre los vascos es mejor instaurar una tradición que una moda. Se instauran rápidamente. Algunos ejemplos: decir Vitoria-Gazteiz, celebrar el Olentzero, esquiar los fines de semana, el topless, el Festival de Jazz de San Sebastián o la tele-pizza. Y los que estudian tendencias o modas los saben: en el País Vasco conviene recurrir a la antigüedad, a la repetición. Un vasco necesita poco más de tres años para instaurar una tradición, lo que tarda una viña o una esparraguera en dar cosechas. Nos gusta la palabra “raíces”.
Patxi y yo llevamos más de tres años (rancia tradición) escapando al refugio de Respumoso (2.200) en Pirineos el 30 de julio para subir alguna montaña el día de San Ignacio. Ayer disfrutamos la mejor jornada de lo que va de verano y nos acompañó Pilar. (Ojo, tradicionalistas, Pilar no rompió ninguna tradición, que subamos Patxi y yo no significa que no puedan venir Pilar, Kevin Johansen o Edurne Pasabán con nosotros). Ascendimos tres montañas de una tacada en una preciosa ruta circular. Por el collado de la Facha, subimos a la Pequeña Facha (2.947), después a la Peña Aragón (2.916) y, por último, el Cambalés (2.965). Y descendimos por dos collados: Azún y Piedra de San Martín.
("Inazio
gure patroi haundia
Jesusen konpainia
fundatu
eta duzu armatu
ez da ez etsairik
jarriko zaizunik
inolaz aurrean
gaurko egunean
nahiz betor Luzifer deabrua
utzirik inpernua!”).
P.D.: Felicidades con retraso para Chans, Varela, Bermúdez y González.
P.D.2: Un amigo me dijo que San Martín es el santo que más iglesias y estatuas tiene en Francia.
P.D.3: Por favor, que la Real Sociedad ascienda a primera este año, ¡que cumpliremos tres años en segunda! Que triunfe Martín Lasarte.
Como el helado después de los fuegos, el tronco de Navidad cubierto de chocolate, la txistorra en Santo Tomás... benditas tradiciones.
ResponderEliminarPD Y la morcilla gratis el día de San Martín en los bares de la calle del mismo nombre.
"P.D.3: Por favor, que la Real Sociedad ascienda a primera este año, ¡que cumpliremos tres años en segunda! Que triunfe Martín Lasarte".
ResponderEliminarNo tiene mucha pinta.
¡¡¡La Mauala!!! ¡Esa foto es tremenda! Gracias por el saludo.
ResponderEliminarAbrazo!
"Lege zarra", que se dice.
ResponderEliminarAyer subimos en bici a Jaizkibel como todos los años el día de la Clásica. Solíamos juntarnos seis y siete. En los últimos años, tres o cuatro. Ayer, dos. Nos empapamos en la subida, nos empapamos durante la espera (cada uno acurrucado en un tronco de pino), nos empapamos en la bajada. Yo había dejado una cazuela de té con limón en el frigorífico, en Lezo, para cuando bajáramos de Jaizkibel a ver el final de la carrera en la tele. Tuvimos que calentarlo, jeje.
Pero hay que subir todos los años, cagüensós, aunque caiga el chaparrón, aunque los espectador del ciclismo nos parezcamos cada vez más a los espectadores de lucha libre y queramos creer en aquello en lo que ya casi no creemos.
Eup!
También se recibió Fefi, Huguito, Lalo. Hasta las fotos tienen harina y agua.
ResponderEliminarA todos los cerdos les llega su San Martín, sí... Esa de la morcilla no la sabía, Sergio. Este año no se me escapa. Je, je.
ResponderEliminarJurdan, pasamos de Juan Malillo a un Martín "Lasuerte". Fe, fe. Ojalá pase a ser un San Martín.
¿Mauala? A la cama no me iré sin saber una cosa más...
Ander, algunas tradiciones nos hacen heroicos.
Minerva, hay que organizar una bizcochería en la puerta de la UM, je, je.
Muy bueno, Ander. Vaya mazazo lo de Astarloza, me enteré en Pau (tradición familiar: Unos días cada año conociendo mejor a los vecinos de la "grandeur")
ResponderEliminarPreciosa travesía, eresfea. Yo también procuro hacer un monte el día de mi santo.
Las fotos de montañeros en aristas son preciosas.
Esa cresta corta, ¡eh!
ResponderEliminarYa casi puedes hacer la etiqueta Crestas. Que son tradición en el blog.
Sé de memoria la versión castiza del himno de San Ignacio. Igual que la tabla periódica...
abrazo!