domingo, enero 24, 2010

Memoria de la belleza marina

Hay un acuerdo estético común: los faros son bonitos.
Pero…, ¿si se sacaran piedra a piedra (ladrillo a ladrillo) los faros de la costa y se recolocaran en las ciudades? En medio de las rotondas, por ejemplo. ¿No se parecen a las chimeneas industriales de ferrerías o azucareras? Creo que los faros seguirían gustando tierra adentro, mientras que las viejas chimeneas de ladrillo afean, aunque ya no echen humo. La belleza contagiosa del mar hace que los faros nos parezcan bonitos; y también la luz de los faros, que guía y salva. Quizá bastaría el recuerdo de la costa para que nos parecieran bonitos hasta en la ciudad, del mismo modo que las chimeneas de ladrillo disgustan y se derriban si no las apadrina una pareja de cigüeñas.

P.D.: De alguna manera, las caracolas de mar tienen la misma ventaja sobre las de tierra. Y las acercamos al oído. Unas guardan el rumor del mar; las otras, ¿rumor de tractor? Si hasta el bronceado del mar tiene más caché que el del campo...

P.D.2: La chimenea azucarera de la imagen está sacada de aquí.

6 comentarios:

  1. Anónimo11:49 a. m.

    A mí me chiflan las chimeneas de ladrillo en las ciudades. Ahora menos, porque a Miguel (y a Carlos, claro) le chifla trepar por esos peldaños-asa de hierro que alguien puso cuando la practicidad estaba por encima de las demandas por imprudencia temeraria hacia la infancia.
    Pero, claro, me gustaría vivir en un faro, no en una chimenea.
    Bueno, no sé, sería como un castillo en mitad de Landaben.
    Mola.
    Bea

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  2. Desde que ya no hay fareros, los faros proyectan una belleza sin vida interior.

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  3. ¿Y la foto de orgulloso tamborilero?

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  4. Me has dejado pensando un buen rato, Sergio.
    Momo, asunto ya resuelto.

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  5. A mí también me gustan las chimeneas de ladrillo en mitad de las ciudades. Y me dan hambre: me recuerdan a cigarrillos de Tolosa. No me digas que no dan ganas de pegarle unos mordiscos a la de la foto, eh.

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  6. Acá se siguen prendiendo aunque ya no guían.
    Los atardeceres desde los faros son imperdibles.

    P.D.: Qué alto el faro de la foto.

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