Se llama vía normal (o la normal, a secas) el camino generalmente bien señalizado (pinturas e hitos de piedras) por el que es más fácil subir a las montañas. Es siempre la vía más cómoda, dentro de lo que cabe, para ascender y descender. A cambio, si lo piensas bien, más que subir y bajar la cumbre, subes y bajas esa vía, la huella de otros. La normal evita muchas alternativas complicadas de ascenso y descenso, y si te sales de la senda trazada, debes tener sentido de la orientación, saber interpretar correctamente los mapas, mirar el terreno de otra manera… Cuando la montaña se complica, pocos pueden moverse cómodamente fuera de las vías normales.
O sea, no es lo mismo subir una montaña que subir la vía normal de una montaña. Si alguna vez has subido o bajado una montaña fuera de la senda trazada, me entenderás.
Hay montañas que sólo he subido y bajado por su vía normal: Midi Ossau, Perdido, Vignemale… Una y otra vez he puesto los pies en las mismas rocas, las mismas que otros pisaron. He seguido el mismo camino que otros siguieron. Otras montañas las he subido y bajado fuera de senda, y quizá de éstas me siento más orgulloso, pero en estas vías suelo estar solo la primera vez.
A veces pienso que las normales son como las tradiciones, las costumbres heredadas. Las vías abiertas por otros para alcanzar las metas. Nos dan la vía más fácil, aunque no la única. Algunos se sienten aborregados si las siguen, buscan la libertad (la posibilidad de acertar o de equivocarse) y emprenden caminos más solitarios. Bien… Todas estas consideraciones quedan en solfa si se ven con otra perspectiva: al final la meta coincide.
(¿Coincide? Tampoco ahí nos pondremos de acuerdo: para unos es la cima; para otros, más resabiados, la cima y regresar. Para Patxi, siempre agudo, salir de casa).
El 30 de diciembre del año pasado, camino de la tradición de montaña navideña, salimos niños grandes y pequeños por la normal de Peñas de Aya, del Castillo del Inglés. Sergio lo cuenta AQUÍ muy bien.
Yo sólo añado tres fotos.
Iker con el viento del triunfo en la cara en la cima escalada de Txurrumurru.
Los Murguiondo en Irumugarrieta (no confundir con los Serrano).
Sergio y Aimar en versión casi evangélica.
Seguramente no somos muy normales, pero a veces la vía normal es extraordinaria.
P.D.: Patxi corrige: lo importante es salir de casa... ¡Y VOLVER CON BIEN!
Excelentes consideraciones sobre las vías normales/anormales. Añadiré que la mayoría de las normales no son muy transitadas, pues en el monte también se cumple la regla esa del 80/20. La mayoría de montañeros vamos a una minoría de montañas. Así pues, al concepto de rutas normales, se une el de si son normales y frecuentadas, o normales anormalmente recorridas. Un ejemplo: El Pic d'Aule (Gabas, Valle de Ossau): Una "normal" por la que transitan osos. Olé.
ResponderEliminarBravo. Ya estoy reenviando el texto a unos cuantos.
ResponderEliminar(Y aplaudo a Patxi, qué sabio).
Las viejas tradiciones, una vez fueron nuevas.
ResponderEliminar(Entre la energía desbordante de Leire, Iker, Aitor y Asier, no sé qué haré cuando no tenga la excusa de llevar a Aimar a la espalda)
Completamente de acuerdo contigo, IK. (Tengo tu fotografía de la huella grabada en la memoria). Y no es sólo que en Pirineos se llenen sólo las normales de determinados tresmiles o algún que otro dosmil emblemático... Aquí, en el terruño, en cuanto sales de sota caballo y rey, estás prácticamente solo. Es una pena que la gente no disfrute más de las vías por las Malloas, o esa zona de Loitzate Mendaur...
ResponderEliminarPatxi hila muy fino, Ander.
ResponderEliminarSergio, cuando Aimar camine solo tú tendrás que ir un paso por delante y no tendrás más remedio que desplegar tus habilidades arácnidas en las vías más peliagudas.