Me cruzo con un amigo en un pasillo de la universidad. Tierra de nadie cementada entre la cafetería, las aulas y los baños. He pasado demasiado tiempo leyendo absorto y me cuesta regresar a lo cotidiano, sobre todo me cuesta arrancar a hablar.
Digo a trompicones, sin mala fe:
-¿Vasha ciael ser...vicio?
-Voy hacia el baño -me responde el amigo achicando los ojos.
Nos reímos. Y recordamos el verso ("Entre el clavel blanco y la rosa roja, su majestad escoja") y la anécdota de Quevedo.
"Entre el clavel... ". Qu´bueno. Me la contaron de niño, una de esas historias que no olvidaré nunca.
ResponderEliminarSí, je, era una "Anécdota Troncal" en la enseñanza de Lengua y Literatura. Me gustaría saber si se sigue contando en las clases...
ResponderEliminarSilabeo, me paro.
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