Algún que otro domingo nos ponemos domingueros. Fue el pasado 17 de octubre. La nubosidad en Guipúzcoa era digna de frontal si entrábamos en un bosque. Así que Lourdes, Pilar, Álvaro, Ángel, Perni y yo fuimos hacia el sur. Llegamos a Pamplona y, desde allí, el norte se veía oscuro, pero no tanto... Además los informes meteorológicos anunciaban mejoría por la tarde. O sea, había que dar tiempo al tiempo, y paramos a desayunar en el bar y supermercado Valentín, en Zubiri.
(Recomendables las tostadas clásicas y las de jamón; el café buenísimo).
De allí a Eugui. "Descubierta" por un hayedo cercano al pueblo, donde hace años salían muchos hongos. Hoy entran y salen demasiados seteros con vocación EGR y el hayedo no da mucho, pero algo ofreció: ilarrakas, tres hongos, tres pie azules, lepiotas. Una vez cubiertas las necesidades micológicas mínimas para la cena, seguimos en coche hasta el collado de Urkiaga, donde empezó la segunda parte de la excursión dominguera. Íbamos a subir Okoro, pero el ventarrón del norte gélido trajo de nuevo nubes densas a las cimas y sólo quedaba la cumbre de Alba (1.074) como testigo en la grisura del macizo de Okoro. La cumbre es para niños: un promontorio de areniscas rosadas con excelente panorámica. Pero, nada más llegar a la cima, entró la nube y hubo que esperar, con caldo, almendras y bananas, para hacer una fotografía con vistas. La fotografía es de Pilar y ella la tituló con muy buen criterio "Bajando de Alba Aitz".
Añado: almorzamos al socaire y en el regreso recogimos unos hongos, pero no diré dónde.
Planazo. Lo del café rico en Zubiri me ha puesto las orejas tiesas. El Alba es un deseo incumplido. Lo cumpliré con niños, y moveremos la harri kilinka.
ResponderEliminarDarle tiempo al tiempo. Qué razón tienes. Igual es más fácil esperar a que escampe que enfadarse porque llueve.
ResponderEliminarLlevaremos niños a esa cima.
Bea