martes, noviembre 30, 2010

Tres miles en Aralar: Uarrain, Alborta y Tutturre

Hace muchos años que me decidí por una vista de las Malloas de Aralar: la que se contempla desde Tutturre. El domingo 28 de noviembre Karmele, Lourdes, Pilar, Susana, Ángel, Jesús y yo llegamos para mirar desde allí, entre otras cosas. Las cosas más fáciles de explicar son el almuerzo en una cima nevada, o la sensación de conquista amable. De las difíciles no daré cuenta hoy, pero ahí queda esta fotografía de Pilar, que contará algo.


Y dos versos: "subí tan alto tan alto,/ que le di a la caza alcance."

El otoño se divide en dos: el de las hojas de colores en los árboles y las cosechas micológicas a ras de tierra, y el de los árboles (caducos) pelados y las nieves ocasionales. El domingo estrenamos este periodo en la nieve del extremo más cómodo de las Malloas. Subimos Uarrain (1.222), Alborta (1.228) y Tutturre (1.282): tres miles. Disfrutamos de una ventana de buen tiempo entre temporales de nieve. Sólo en la ascensión de Alborta nos sacudió el paso de un frente con algo de nieve, y de nuevo Pilar le dio a la imagen alcance.



Y bajamos.

6 comentarios:

  1. Lástima que la seta de la primera foto estuviera congelada, aunque tampoco parece comestible.

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  2. Muy buena esa foto, la de la seta.

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  3. Anónimo2:11 p. m.

    Jolín la setita, es como el dedo que no deja mirar a la Luna.
    Aprendan, políticos: si no quieren que algo se vea, nada de grandes campañas de despiste, una seta roja con pintitas blancas en todas las fotos e informativos y chau.
    Tonterías de no-puente.

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  4. Anónimo3:05 p. m.

    Eresfea, has leído a Ballard? Qué me dices de Ishiguro? Si no te molesta recomendar (por sí o por no, je)... Saludos!

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  5. Me han regalado unas buenas botas de monte por mi cumpleaños. De aquí a unos cuantos años quizá fotografíe a la seta.

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  6. Anónimo, no, no he leído a Ballard; he visto dos películas basadas en obras suyas...
    De Ishiguro he leído dos, cara y cruz. Cara: Los restos del día, que me recuerda a los novelones del siglo XIX. Cruz: Los inconsolables, que me recuerda (¡uf!) a las enajenaciones del siglo XX.

    J., esa seta es muuuuy accesible. Puedes estrenar las botas por ahí...

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