Él no se daba cuenta, pero no hablaba con ella; se dirigía a su mujer con pocos sonidos, apenas vocalizados, y gestos repetidos hasta la mímica. Ella hacía lo mismo. Por la tarde, desde los extremos del sofá vieron en la televisión unos lobos en las montañas de Etiopía. Eran una manada de dos. Macho y hembra. Y lo importante era seguir la pauta de la jerarquía.
Cuando terminó el documental, a la mirada compartida siguió el gesto veloz. Ella fue más rápida con el mando a distancia y eligió el siguiente programa.
La típica entrada que yo no podría inventar. Y de eso se trata.
ResponderEliminarPd1. Muy bueno lo de "manada de dos".
Pd2. "... con pocos sonidos, apenas vocalizados, ... ". Hay un chico en el trabajo que se comunica sí conmigo.
Beatriz, es uno de esos desahogos en tiempo de escritura más larga.
ResponderEliminarEsta escritura corta, ya me gusta. ¿Cuándo accederemos a la otra?
ResponderEliminarYa me gustaría saberlo a mí..., Sergio.
ResponderEliminar