miércoles, febrero 16, 2011
Loitzate
Hoy las fotografías, mañana un balance montañero alrededor de esta cima.
Hoy es mañana:
Loitzate es la cima que más nos ha costado conquistar al grupo de los habituales. Se convirtió en obsesión (¿y frenesí?) de Patxi con mi ausencia uruguaya. La querencia de Patxi por esta cima no tiene parangón, quizá se puede comparar con su amor por el monte Adarra, allá en el siglo XX. Lo intentó una, dos, tres veces con otros amigos. Nada. Se le amotinaban, las condiciones climatológicas convertían la ascensión en una tortura... El caso es que le prometí en diciembre de 2001 o 2002 coronar la cima por el camino que a él le gustaba. En aquella ocasión comprendí los amotinamientos: salida de Goizueta y kilometrada por asfalto y pistas anodinas para llegar al cordal, y luego... En esta cuarta intentona nos dimos la vuelta aburridos de la lluvia con poca visibilidad, encharcados.
En julio regresé de Uruguay. Patxi, entre tanto, había acumulado otro fracaso. Loitzate le había clavado una manita. Así que no es tan exagerado catalogar como expedición aquel reto de julio. De nuevo desde Goizueta, de nuevo el asfalto y las pistas... Pero llegamos al vértice geodésico.
Antes que nosotros habían llegado las garrapatas y una se volvió con Patxi para agrandar la leyenda de Loitzate... Pero ésa es otra historia.
Así que Patxi subió a la sexta. Y, como yo, hay un reguero de amigos montañeros de Patxi que cuentan cómo fracasaron en su primera intentona al Loitzate. Cada cual dará su testimonio.
(Desde hace meses, Patxi tiene el punto de mira puesto en lugares insospechados de la zona de Artikutza y, por cierto, ya aprovechamos uno de los días más calurosos del verano para subir a las praderas sin sombra de Loitzate desde esa zona).
Las fotografías:
1 Recogida. Después del almuerzo en Loitzate.
2. Buzón de Loitzate y bebidas isotónicas para nueve montañeros. Aviso: se pierden muchas sales en Loitzate. De izquierda a derecha: Rubén Ramos (Ribera de Duero), Beaulort (Sauternes), Protos (Ribera de Duero), Gran Feudo Suave (Navarra), Viñas del Vero (Somontano).
3. Con botas, pero no rebotados (ni gatos). Las Kayland son de lo más resultón en términos de calidad precio.
¿Por la compra de tres pares de botas regalaban el vino?
ResponderEliminarQué buena pinta tiene todo por allí. Ays.
Tanto color y variedad en los chubasqueros, y tan poca en las botas.
ResponderEliminarMe gusta la diferencia entre los cordones de las botas del medio y los otros del par de la derecha, jeje.
ResponderEliminarSergio, y el mar de hayas al fondo...
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