Desde Cabichirizas (2.360), la sensación de verticalidad se acentúa bordeando la Peña Parda por la seda del nordeste, una trepada poco exigente nos coloca en la rampa terminal de Telera.
Un empujón y, ¡upa!, ya estamos junto a un grupo de Ermua en la cima de Telera (2.762), todos apontocados contra el vértice geodésico. Allí almorzamos y disfrutamos de las vistas de montañas ascendidas (cosa ilusionante) y por ascender (también ilusionante).
Triu(n)fantes en Telera.
Bajamos hacia el sur y volvemos a subir para sumar la Peña Parda (2.657) a la jornada. (Que no es lo mismo que liarla parda).
Y desde allí un descenso vertiginoso al sur para, unos 300 metros de desnivel más abajo, girar hacia el este y remontar de nuevo a Cabichirizas.
Bajamos por el mismo canal, pasamos junto al ibón y tomamos todos los atajos de la pista para regresar.
Ese dejar que Patxi se apoye en tu hombro para trepar, demuestra compañerismo.
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