lunes, septiembre 26, 2011

Andanzas micológicas: Leizalarrea


Boletus edulis y setero. Parafraseando el título de Carson McCullers: "El setero es un cazador solitario".

El sábado 24 de septiembre, envuelto en la niebla y el sirimiri, pasé ocho horas caminando de razia (segunda acepción) por el entorno de Leizalarrea. El punto de partida fue Leiza (café con leche y palmera); el de llegada, Berástegui (café con leche). En medio: Eguzkizko Muñoa(1.083), Urepel (1.056), dos bananas y entre siete y ocho kilos de setas. Anoto un hongo de kilo, las primeras trompetas de la muerte de la temporada, las dos ranas bermejas más grandes que he visto nunca, el bosque repleto de rúsulas y ese momento en el que me dije: "Ya está, ya no recoges más zizas".

Trompetas de la muerte (Craterellus cornucopioides).
P.D.: Y qué útil ese recurso de la cámara fotográfica que retrasa el clic diez segundos. Los solitarios que se hacen sus propias fotografías, ay, ay. "Bienvenido, Bob", dira alguno...

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