martes, noviembre 08, 2011

El cencerro electoral (¿Para qué?)

Murciélago de herradura (cueva de Sarastarri, 16 de octubre de 2011). Fotografía de Ángel.

El lunes 7 de noviembre, cuando las televisiones transmitían "eldebate", cuando muchos espectadores oían y miraban "eldebate", mi hermano y yo veíamos CSI Miami, que al menos es una ficción reconocida como ficción.
(Un momento de reflexión...).
Y debatimos: ¿la rubia Calleigh Duquesne (Emily Procter) es la misma desde el comienzo de la serie o se operó hasta convertirse en eso que es ahora? Por el enfoque de la pregunta, ya se ve por dónde iban las opiniones: mi hermano decía que la serie cambió de actriz; yo, que se operó. ¡Eso sí que fue un debate!
Dejé la contrargumentación fraternal cuando sonó el teléfono (fijo). Y, ¡zaca!, una encuesta sobre mi intención de voto y otras zarandajas relacionadas.
(Apunte: me formularon más de veinte preguntas y en ninguna se mencionaba nada de un partido nacionalista vasco).
Ficciones vendidas como información. Campaña sin eñe, campana, más bien, cencerro de tolón tolón. En estos días de cencerro electoral, me pregunto (otra vez) para qué los mítines. Perdón, que si quieren hacer mítines, allá ellos y sus fiestas... ¿Para qué gastan el tiempo las televisiones privadas con la retransmisión de los mítines? ¿Será porque es poner un mitin y sube la audiencia? Yo sólo mantengo el mitin en la televisión unos segundos si la imagen es aérea, o al menos, lo suficientemente elevada como para ver las cabezas de los asistentes con perspectiva: desde arriba. Fijaos. En ningún lugar veréis tantos calvos. ¿Qué misteriosa relación guarda la alopecia con la asistencia a los mítines electorales? En cambio, si miráis detrás de los candidatos, donde se supone que enfocan las cámaras ¿fijas?, ahí es difícil ver un calvo (con perdón). Esos "fondos de candidato" funcionan con "cuota", como las series de televisión, como CSI Miami, donde tienes un hispano, un negro, una rubia rerrubia...: todos guapos. Bien, reconozco que no hay mucho guapo en los "fondos de candidato", no sé si porque buscan cierta verosimilitud visual o porque no quieren afear más a los feos candidatos; pero lo cierto es que no se parecen al resto del público de los mítines. Los partidos políticos gobiernan las imagenes para la televisión y quiero creer que esas imágenes de las alopecias reunidas son la única, la última expresión posible para el profesionalidad de los periodistas televisivos de la campaña electoral.
¿Y para qué esas páginas donde el periódico se convierte en artículos de Fulano declaró, Mengano declaró, Zutano declaró. Hay más pensamiento, más trabajo periodístico, si anuncio que dentro de nada un barbudo gobernará España. Porque ¿quién conoce otra elección de dos candidatos barbados con posibidades?
Y el anecdotario. No os riáis, que ayer tocaba enterarse por televisión de que los hijos de Re-joy comen dos plátanos (de Canarias, of course) todos los días. Y hoy nos lo colocan en el menú los diarios.
Fulano y Mengano (y hasta Zutano) no pueden estar satisfechos con su aparición en prensa, entre el declaró y la anécdota. Si vieran cómo los lectores de periódico (menguantes) pasan en bloque esas páginas... Los periodistas, tampoco pueden quedarse satisfechos
(Apunte: propongo bares y cafeterías como lugares de observación de lectores de diarios).
Reconozco que, con esto del cencerro electoral, el género de la crónica brilla más allá de la crónica deportiva (antes relegada a los lunes, y que ahora se publica como continuo cronicar futbolero). Pero leo las crónicas tan bien escritas y pienso: qué derroche, qué perdida de tiempo. Pienso en el trabajo de la URSS en los años ochenta del siglo XX: tú haz como que me pagas y yo hago como que trabajo. Porque, insisto, se nota en muchos casos que los cronistas fueron a la facultad y aprendieron aquello que contó Tom Wolfe del Nuevo Periodismo; pero... ¿para qué?
Para qué la cartelada "vota a Fulano", "vota a Mengano", "vota a Zutano". Una señora me contaba que algunas empresas de cartelería sobreviven gracias a esto en tiempos de crisis
Para qué el buzoneo. Conocéis tan bien el viaje sin lectura: buzón, ascensor, piso, cocina, basura. Yo dedico más tiempo a la publicidad de Media Markt, porque me interesa más mirar el precio de las memorias USB (que algunos llaman pintxo), que cualquier folleto de publicidad electoral, y vuelvo a pensar en un blanco (y no es José, el del Ministerio, campeones) del que no se da demasiada explicación: cómo votar en blanco.

Para la fotografía de esta entrada pensé en Emily Procter, también Proctor, según wikipedia, pero es tan rerrubia...; pensé en Mariano Re-joy; pensé en Alfredo Pérez. Y me quedo con el murciélago de herradura por pura lotería, que a lo mejor hasta me da buena suerte hoy, 11 del 11 del 11, cuando una de las noticias más importantes del día (según los medios de comunicación) es un sorteo especial de la ONCE.

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