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¡Esto es... ! El circo de Ordesa visto desde el barranco de Góriz. |
Asun,
Ángel,
Imanol C. y yo salimos de Góriz el 2 de julio a las ocho menos cuarto. Veinte minutos después ya se escucha en el barranco: "¡Esto es inhumano!". Y resuena un eco de justa indignación, de hartazgo, de sufrimiento... Pero quizá el juicio no es exacto, quizá "esto" es maravilloso.
Subimos por la vía normal de ascensión a Monte Perdido, pero, antes de llegar al ibón Helado, tomamos la cómoda Faja Roja y nos plantamos a esa tierra de nadie entre el Cilindro y el Marboré. Me he explicado muy mal: no hay tierra y sí mucha vocación de propiedad en esos parajes calizos: hitos por todas partes. Miras hacia la derecha e hitos hasta donde te alcanza la posibilidad de distinguir un montón encumbrado de piedras, miras hacia la derecha y lo mismo. Es más una cuestión de agudeza visual que de marcas para la orientación del montañero. Alguien ha hablado ya de
hiperhitización. Es justo, y una puñeta cuando te encuentras con el paisaje amojonado sin criterio, o con el criterio de que todos los caminos llevan a Roma, y Roma es lo que vaya usted a saber qué.
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A minutos de Marboré. Al fondo, El Cilindro. |
Ascendemos al collado entre "Marborés" y llegamos a Marboré (3.248). Almuerzo feliz bajo el sol con blanco gewürztraminer, con jamón, con unas vistas inolvidables... De lo mejor de los Pirineos. Pero hasta el rabo todo es... ¡hito?
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En la cima del Pico Oriental de la Cascada: "Por ahí, por ahí". |
Subimos de propina el Pico Oriental de la Cascada (3.161). Y surge un disenso sobre qué hito seguir: ¿cresteamos para seguir con los otros Picos de la Cascada o tomamos una vía menos accidentada? Por la segunda opción, nos plantamos en la loma de subida a la Espalda de Marboré. De nuevo muchos hitos y posibilidades. El destrepe se complica, y damos otra revuelta para enlazar con la ruta hacia la Torre de Marboré. Prueba superada: Cima en la Torre (3.009) entre signos más que evidentes de fatiga. De nuevo hitos, que nos dirigen hacia una atractiva pala de nieve que nos tira a los neveros que guardan el collado entre Torre y Casco. Ante los intentos infructuosos de bajada, pensamos en la opción de regreso nocturno a Góriz, pero en la última revuelta buscadora hallamos la buena vía (afortunadamente, el tiempo está despejado), cómoda y bien trazada, que zigzaguea para bajar de la Torre. Pasamos bajo el Casco y vemos varias líneas de hitos para salir al Paso de los Sarrios (senda con cadena pasamanos cercana a la brecha de Rolando). Quienes seguían aquel concurso de TVE llamado
Un dos tres me entenderán si escribo que es: un, dos, tres, cuatro... Y que hay que optar a sabiendas de que no existe la posibilidad del premio con ¡un apartamento en
TorreviejaAlicante! Tomamos los hitos que siguen la parte más baja de un collado: la prudencia. Y llegamos a unos cien metros de desnivel por debajo del paso de los Sarrios. Como premio para encaminarnos, definitivamente a la Brecha: neveros de pisada penosa y la puntilla de grava fina que obliga a las posturas del oso al trote. Salvamos la Brecha a las nueve menos cuarto del atardecer.
Imanol C. y yo bajamos a
trote cuto, para intentar asegurar algo (¿una sopa?) en el refugio de Sarradets, donde se cena a las siete. Llegamos a las nueve y se portan muy bien con nosotros.
-¿Qué ha pasado?
-Que nos hemos equivocado, pero no una vez, ni dos... Y cada revuelta fue más de una hora.
En torno a la mesa hay abrazos y flota la certeza de que hemos completado una jornada inolvidable. Nos dan de cenar. A medida que vienen los platos (sopa, ensalada de lentejas, arroz con mojo de cordero, bizcocho de chocolate) se nos empieza a olvidar la sencilla alegría de estar ilesos y a salvo. El estómago y el jijijí se impone. Y nos vamos a la litera a dormir con la certeza de que, en el peor de los casos, el 25% de nosotros dormirá como un Angelito.
"Catorce horas, catorce horas", murmura
Asun.
Moralejas.
1. Haced el camino a la inversa. Desde Sarradets, subid Casco, Torre, Espalda y Marboré para llegar a Góriz. En ese sentido la orientación correcta
interhitos es muuuucho más fácil.
2. El hombre no está diseñado para caminar como el oso al trote, aunque lo haga a cámara lenta.
3. Con poco azúcar en la sangre no se recuentan bien las horas.
Fascinante, emocionante, épico.
ResponderEliminarPd:El camino a la inversa es primero cenar.
Hola Josean:
ResponderEliminarEs un gusto saludarte luego de tanto tiempo, a pesar de que no es tan agradable lo que me gustaría que supieras con respecto a la um.
Te dejo los vínculos para que te enteres:
http://www.elobservador.com.uy/thelastchans/post/192/la-um-que-yo-conoci/
http://www.elobservador.com.uy/noticia/228286/mercedes-rovira-hablo-tras-la-renuncia-/
Te mando un abrazo.
Mariana
¡Mariana, un abrazo enorme!
ResponderEliminarLeo...
Liberar toda esa tensión da un placer... y encima con cenita caliente. Grande.
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