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Saltos de agua en Atxulondo. Fotografía de Imanol. |
El sábado 17 de noviembre, nuboso y con viento sur,
Imanol y yo llegamos a Andoain (centro) en tren. Tras el redesayuno, subimos a-lo-loco (modo reconocimiento/explorador) a Belkoain desde el barrio de Sorabilla. Ya en la cima doble (vértice geodésico, 492 m; collado con dolmen; y gran cruz con buzón e ikurriña de hojalata, 488 m), empezamos a rumbear con más definición: saldríamos hacia Zubieta. Eso implicaba elegir un valle. Antes de llegar a Arizkurutzetako Gaina, bajamos por pista hacia el nordeste. Descubrimos un caserío en un paraje precioso y bajamos hacia el norte y por pinar viejo al barranco Abalotz. Así llegamos, inopinadamente, a la
ferrería de Atxulondo y su arroyo con cascadas dignas de Uruguay. (La verdad es que me acordé tanto del Salto del Penitente...). Un rincón perdido, y hallado, en una hondonada húmeda guipuzcoana (alisos y robles). Remontamos hacia la ladera este de Andatza. Sudamos de lo lindo para retomar una GR y pasamos entre desmontes enormes de obra (¿icineradora, ¿cárcel?...). Llegamos a Lasarte tras cuatro horas y media de marcha intensa. No cuento en ese tiempo los posados
feográficos ni el almuerzo con rovellones (calientes en el hornillo), cabeza de jabalí, lomo, pan español y mandarinas. ¡Ah!, al camino nos vinieron a ver algunos hongos; nos entretuvieron un poco tambien y, al final, se vinieron con nosotros.
P.D.: Como
Imanol tiene
gepeese me pasa más información: 16.8 kms, 1.246 m de ascenso acumulado, altura máxima 492 m.
P.D.2:
Patxi, nos acordamos de ti.
No hace falta GPS, la X marca el lugar.
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