Hoy, 14 de noviembre de 2012, adelantándome a las comparaciones con huelgas pasadas, al margen de valoraciones sindicalistas adolescentes (como el parchís: comen una y cuentan veinte), despreciando incluso la valoración asociada al consumo eléctrico, anuncio: esta huelga ha sido de nuevo otro fracaso.
Las amas de casa (término que exige una revisión ya), el sector laboral más numeroso de España, el sector con menos conquistas sociales (¿horarios, vacaciones, remuneración, seguro médico, reconocimiento en el hogar...?), no ha seguido la huelga. Huelga decir que ellas no han seguido los dictados de los piquetes informativos que no llamaban por el telefonillo:
-Servicios mínimos, ¡eh!, el desayuno sólo y ya está, ¡eh!, que si no...
-Que si no qué.
¿Con qué se puede amenazar al ama de casa?, ¿con retirarles lavadoras, lavavajillas, planchas o sartenes con teflón?, ¿con meterles más horas extraordinariaso un ERE? Malditas insolidarias..., claro, como ellas tienen trabajo fijo y ("contrato") indefinido...
P.D.: Y esta noche, me arriesgo, la selección nacional de fútbol (¡La Roja!) trabaja en Panamá, y bien pagá.
Amén.
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