martes, julio 16, 2013

Tormentas

Ibón de la Sierra hacia el río Escarra.
Cae la tormenta (con granizo) en el collado de Escarra y el refugio cercano al ibón está cerrado con un candado. Pero el montañero se consuela: bien, ahora se despejará un poco... Una hora después cae la segunda tormenta y el montañero se obceca: tengo que llegar a Escarrilla. Y toma la directa por el barranco de Escarrilla. Error. Después de más de una hora trepando y destrepando en el laberinto encajonado de rocas con el piano de cola a la espalda, llega a Escarrilla. Llama por teléfono al refugio de la Casa de Piedra. "En poco más de dos horas estoy ahí". La tercera tormenta le sacude en la carretera durante hora y media. Fija su mirada en la línea blanca del arcén. Camina como un fantasma de poncho rojo. Pasan tres coches. Pasan piedras ¡flotantes? con la riada del agua por el asfalto.
A las nueve y diez del 1 de julio llega al refugio, ensopado y frío.

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