viernes, diciembre 06, 2013

Entretiempo sin nombre

Un hayedo de Bedaio, un día de noviembre, una fotografía de Patxi.
La melancolía, la astenia, el bajón que algunos sienten ante la pérdida del verano (o de las vacaciones, o del tostado de la piel, o de andar con chancletas, o de las oscuras golondrinas que aprendieron nuestros nombres...) yo lo experimento en torno a san Nicolás, cuando se anuncia la Navidad y los hayedos están pelados en el País Vasco y Navarra. Aún no ha llegado el invierno y el otoño ha perdido ya el color, el misterio y la sorpresa. Mientras otros esperan al Olentzero (carbonizado), al Papanoel (rojo satén) o a SSAA los Reyes Magos, yo dejo pasar estos días cortos, oscuros; y con la memoria aún caliente del otoño, desde los cuarteles del invierno, imagino las campas con verdes nuevos de abril. Volverán los ebúrneos perrechicos (y las senderuelas, y las colmenillas). Y pasará un año, como poco, hasta que en este entretiempo sin nombre, en esta parada entre estaciones, vuelva a escribir "ebúrneo".
Ahora a pisar nieve. Voy a por los crampones, hala.

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