A menudo, de pasada por la Nacional 1, desde Urbasa o desde Entzia, señalo las Peñas de Eguino y digo: "Allí, allí...". No sólo eso. Señalo, insisto en que miren y practico la anamnesis con mis pacientes compañeros de montaña (o sea, doy la paliza con las batallitas del pasado en esa sierra). Esa sierra son las Peñas de Eguino, que cuentan como referencias visuales con las canteras de Ziordia al este y con la cavidad de La Leze al oeste. Y la primerísima víctima de estas referencias añejas era Patxi hasta el 23 de abril de 2014. Ese viernes las dudas en el destino de una salida montañera terminaron por traer al presente ese lugar del pasado.
Dejamos la autovía en la salida de Ziordia, atravesamos el robledal por el camino que sigue junto a la regata de Lezáun hasta el depósito de captación de aguas construido en el nacedero, y nos colocamos en la base del murallón calizo. Desde allí ensayamos algunos accesos por las pedreras en busca de una cueva de la que tenía algunas referencias: Basotxo. La encontramos, la visitamos y volveremos con más rehe..., digo, con más amigos.
Boca de la cueva de Basotxo. |
Primera sala de Basotxo. |
Luego la cosa se puso trepadora. Alcanzamos el hayedo de la cara norte con el estreno del verde, almorzamos y bajamos.
Basotxo, situada en la mancha de bosque que se ve en la ladera, de ahí su nombre.
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