Sendas en el verde nuevo de Arritzaga. (Balizamiento con cagarrutas). |
Hacia Buruntzuziñe, la bajada de la subida. Fotografía de Pilar. |
Cuando vimos unas chapas marrones, pensábamos que eran de BTT, incluso nos generaron cierta confianza en nuestro juicio: qué rápido identificamos las señales de los caminos... La senda se complicó e imaginamos las cualidades del ciclista y de la bicicleta. Entonces advertimos que las chapas en cuestión tenían dibujitos de corredores de zancada larga.
El camino, por tramos calzada, conduce hasta el extremo oeste de los pastos de Larrondo y avanza por uno de los tramos más bonitos de Aralar por encima del clásico y encajonado camino de Minas en Arritzaga. Perdimos las chapas y las pinturas por encima de las ruinas del lavadero de mineral, en Buruntzuziñe. En esta ocasión, sin bajar tanto, seguimos avanzando a media ladera de Egurtegi (por encima de una zona repoblada con arbolitos) hasta Pardeluts. Queríamos ascender varias cimas menores, pero somos de buen conformar y pasamos por Kobagaiñe (1 239) para almorzar junto a la cueva homónima (queríamos nieve para refrescar el vino blanco y en la boca de la cueva queda un mazacote impresionante).
Después, bajamos al lavadero de Minas y, tras el tramo de las pozas de agua, nos desviamos del camino clásico de Minas y seguimos caminando la senda de las vagonetas, que, casi sin subida, nos dejó de nuevo en el extremo de Larrondo, junto a los postes indicadores que habíamos dejado unas horas antes. Desde allí volvimos a bajar sobre nuestros pasos en un día extremadamente caluroso. Volvimos a ver las chapas de los corredores. No corrimos nada.
Fotazos.
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