sábado, mayo 16, 2015

Sendas en el verde

Sendas en el verde nuevo de Arritzaga. (Balizamiento con cagarrutas).
Hacia Buruntzuziñe, la bajada de la subida.
Fotografía de Pilar.
El domingo 10 de mayo, Asun, Pilar, Ángel, Patxi, Ricardo y yo caminamos por viejas sendas del Aralar guipuzcoano, balizadas con pinturas desde hace años. Salimos desde donde termina el cemento en la pista que trepa más allá de San Martín, en Amezketa.
Cuando vimos unas chapas marrones, pensábamos que eran de BTT, incluso nos generaron cierta confianza en nuestro juicio: qué rápido identificamos las señales de los caminos... La senda se complicó e imaginamos las cualidades del ciclista y de la bicicleta. Entonces advertimos que las chapas en cuestión tenían dibujitos de corredores de zancada larga.
El camino, por tramos calzada, conduce hasta el extremo oeste de los pastos de Larrondo y avanza por uno de los tramos más bonitos de Aralar por encima del clásico y encajonado camino de Minas en Arritzaga. Perdimos las chapas y las pinturas por encima de las ruinas del lavadero de mineral, en Buruntzuziñe. En esta ocasión, sin bajar tanto, seguimos avanzando a media ladera de Egurtegi (por encima de una zona repoblada con arbolitos) hasta Pardeluts. Queríamos ascender varias cimas menores, pero somos de buen conformar y pasamos por Kobagaiñe (1 239) para almorzar junto a la cueva homónima (queríamos nieve para refrescar el vino blanco y en la boca de la cueva queda un mazacote impresionante).
Después, bajamos al lavadero de Minas y, tras el tramo de las pozas de agua, nos desviamos del camino clásico de Minas y seguimos caminando la senda de las vagonetas, que, casi sin subida, nos dejó de nuevo en el extremo de Larrondo, junto a los postes indicadores que habíamos dejado unas horas antes. Desde allí volvimos a bajar sobre nuestros pasos en un día extremadamente caluroso. Volvimos a ver las chapas de los corredores. No corrimos nada.

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