sábado, enero 02, 2016

2016, seguiremos siendo jóvenes mañana

"El tiempo de la existencia compartida es un viaje que recorre y recupera continuamente, en su caminar, los lugares y los instantes de la propia odisea. ¿Hacer el amor con una mujer de sesenta años?, proclamaba una vez mi amigo Roberto en el café. Por favor, ni hablar. Pero -añadía, rectificando el interrogante retórico- Paola no tiene únicamente los sesenta de hoy, también es la cuarentona, la treintañera, la veinticincoañera con la que he vivido mis días. Así que su edad media es joven y seguirá siéndolo mañana. Un rostro se hace más intenso, más marcado y consciente, más apagado y seductor. Alrededor de esa boca, debajo de esa nariz, en alguna leve señal de arruga, en las aguas oscuras de los ojos erran los años, pasados y presentes, se dibuja y se graba el tiempo; la curva de la garganta es la cuenca del tiempo, el lecho de su río. La boca que arrastra en ese río siempre es la de ayer, de hoy; es posible que Heráclito se haya equivocado, nos bañamos siempre en el mismo río, en el mismo infinito presente de su fluir, y el agua es cada vez más tersa y profunda. Descender la pendiente hacia el mar Negro, aceptar la corriente, jugar con sus remolinos y sus crestas, con los pliegues que dibuja en el agua y en su cara."
Claudio Magris, El Danubio, Anagrama, 1997, p. 135.

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