Fue el domingo 25 de septiembre, en Orexa, ese territorio guipuzcoano que miro con la lupa de Astérix y Obélix en cada elección desde hace demasiados años.
Todo iba como siempre va en Orexa: fiel a la tradición democrática de la Constitución Española de 1978. Récord de participación. 10 renuentes que se abstienen. Los 2 que votan en blanco (me imagino que leen novelas, que saben pescar truchas con mosca..., qué sé yo, que hasta hicieron un herbario de niños). Sospecho que los 2 votantes del PNV votaron temprano, gente mayor que hace el paquete completo: desayuno, voto y misa. En fin, que Bildu iba a sumar el carro de votos de siempre cuando llegó la sorpresa. Trasladaré el título de Nothomb al recuento en esa mesa electoral: Estupor y temblores). 1 voto díscolo, a Podemos.
Un amigo me hablaba hoy del cambio en marcha. Y aunque una golondrina no hace el verano, creo que es justo hablar de cambio otoñal y que mi anterior entrada electoral de Orexa ha sido contestada por la realidad. Reconozco también que el sábado, mientras reflexionaba por el valle de Araiz (que nadie imagine que fui a recoger setas) al estilo Alfonso XII...; el sábado, digo, estuve tentado de acercarme a Orexa, para ver, para escuchar cómo vivía el pueblo la jornada de reflexión. Pero no fui. Ah..., hoy me arrepiento. Y no sé por qué imagino a un vecino con la postura del Pensador en el frontón, esforzado, musitando (casi palabras de amor): "Podemos".
P.D.: 74 votos de Bildu.
miércoles, septiembre 28, 2016
miércoles, septiembre 14, 2016
Nunca tires la basura con las llaves en la mano
Un niña con la mirada en sus chancletas y una señora muy mayor esperan el ascensor. El ascensor y yo llegamos a la vez. "Quinto", "séptimo", "octavo", decimos sucesivamente los vecinos cuando cada uno pulsa el botón de su piso.
-No intentes meterte en la basura -dice la señora mayor a la niña.
Yo debo de poner cara de no entender y la señora me cuenta que la niña ha tirado la basura con las llaves en la mano y se le han caído al contenedor, que no las ha podido recuperar, que la niña acaba de contárselo a su madre por el interfono, desde el portal. La señora se vuelve a la niña e insiste:
-No se te ocurra meterte en el contenedor de basura, que a lo mejor no puedes salir.
Quinto. Se abren las puertas del ascensor.
-Mamá hará otra copia y ya está -digo a la niña con ánimo reparador.
Ella se va arrastrando las chancletas, no parece muy convencida. (Como tenga tres disgustos se va a quedar sin suelas).
La señora me mira con recelo, como si hubiera apartado a la niña de una lección de vida fundamental. Séptimo. "Adiós", "Adiós".
Octavo. Echo mano al bolsillo y me siento tan satisfecho de encontrar las llaves... Pienso en una lección sencilla: "Nunca tires la basura con las llaves en la mano".
Y en que algunos contenedores parecen cajas fuertes.
-No intentes meterte en la basura -dice la señora mayor a la niña.
Yo debo de poner cara de no entender y la señora me cuenta que la niña ha tirado la basura con las llaves en la mano y se le han caído al contenedor, que no las ha podido recuperar, que la niña acaba de contárselo a su madre por el interfono, desde el portal. La señora se vuelve a la niña e insiste:
-No se te ocurra meterte en el contenedor de basura, que a lo mejor no puedes salir.
Quinto. Se abren las puertas del ascensor.
-Mamá hará otra copia y ya está -digo a la niña con ánimo reparador.
Ella se va arrastrando las chancletas, no parece muy convencida. (Como tenga tres disgustos se va a quedar sin suelas).
La señora me mira con recelo, como si hubiera apartado a la niña de una lección de vida fundamental. Séptimo. "Adiós", "Adiós".
Octavo. Echo mano al bolsillo y me siento tan satisfecho de encontrar las llaves... Pienso en una lección sencilla: "Nunca tires la basura con las llaves en la mano".
Y en que algunos contenedores parecen cajas fuertes.
sábado, septiembre 10, 2016
Ernaizu (1 203), Ireber (1 208), niebla
La carrera espacial en Ireber, 28 de agosto de 2016. |
-la permanente importancia dada a la vivienda en el imaginario vasconavarro (caseríos y casitas como primera opción de buzón; hay bordas, hórreos, ermitas y hasta tiendas de campaña; no hay rascacielos);
-el gusto por las hachas clavadas en el tronco (¿quizá por eso no hay árboles de Gernika?).
-las setas (preferentemente la alucinógena amanita muscaria);
-los barriles o semejantes;
-la decadencia de las cruces;
-la presencia relativamente reciente de gnomos;
-los cohetes, ¿memoria del entusiasmo perdido por la carrera espacial?
Dejo a otros el estudio con rigor académico y la resolución de los misterios casi inextricables que plantean tantos buzones (¿por qué el animal más común es la rana?, ¿por qué un buzón autobús?, ¿por qué un buzón cama?...).