El 26 de marzo, en un recorrido improvisado paso a paso, Pilar, Susana, Ángel, Ricardo y yo descartamos varias rutas balizadas hasta llegar al pie de Urrabiatza, en Aloña, y enfilamos por la ladera nordeste hacia la cima. Una directa. Desde abajo se veían algunas calvas en el manto blanco, unos mechones de hierba aquí, unas rocas allá... Pero la perspectiva se reveló engañosa en el ascenso, cuando subir se convirtió en mejor opción que bajar, cuando se evidenciaba que la "nieve resbalada" suena hermosa en los versos ("Tu pensamiento es nieve resbalada/ en la gloria sin fin de la blancura"), pero (¡ay, Federico García!) en la rampa era resbalada ¡y resbaladiza! Entonces los pensamientos se concentraron en el equilibrio y exprimimos el esfuerzo para salvar 100 metros de desnivel.
El viento del sudeste soplaba con fuerza en la parte alta de la sierra, cuando llegamos muy cerca de Urrabiatza, dejamos de lado (derecho) Harriurdin y emprendimos el camino hacia el collado de Biozkornia, en busca del socaire para el almuerzo tardío.
Doy fe de todo lo anteriormente señalado.
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