sábado, octubre 30, 2021
sábado, octubre 23, 2021
Formación universitaria sostenible (1)
-Hace cuatro años te dije en clase que ese cuadro lo pintaba mi sobrino de cinco años... -comenta con desparpajo el graduado sentado frente al profesor en el despacho.
-¿Qué cuadro?
-Ese... -señala la lámina colgada en la pared-. ¿Te acuerdas?
-¿Os lo enseñé en clase...? No, no me acordaba... -miente con elegancia el profesor-. ¿Y ya has cambiado de opinión?
-Sí. -El graduado se arellana en el asiento y se concede la pausa dramática antes de continuar-: Ahora tendría que corregirme: mi primo de nueve ya pinta mucho mejor que Miró.
El profesor sonríe satisfecho. Ahí sale otro vivo capaz de reconocer por su nombre un Miró.
miércoles, octubre 20, 2021
sábado, octubre 16, 2021
Aitzabal (1507) y Aizkorri (1523). Sigue el otoño
viernes, octubre 15, 2021
miércoles, octubre 13, 2021
1312 palabras
Elija la tarea: hacer una fotografía o escribir un relato con un mínimo de 1001 palabras.
¿Ha elegido la fotografía?
Escriba entonces un mínimo de 10 palabras a propósito de algo evidente que muestra esa fotografía, algo que solo usted ve y que obligará al resto a reconocer: "Es cierto, ¿cómo no lo había visto?".
No hable de sí mismo.
¿Ha elegido el texto?
Haga una fotografía acorde a ese texto.
Un alumno fotografió su texto de 1312 palabras de modo que podía leerse perfectamente.
-Lo que quería decir está ahí -dijo señalando el relato-, si no, hubiera hecho una fotografía.
miércoles, octubre 06, 2021
Está (el otoño)
Fotografía de Pilar.
Está ahí, ya asoma en las hojas del hayedo en el hemisferio boreal o, por ser más concreto, en la sierra de Entzia (Álava) el 2 de octubre de 2021.
Dentro de un mes, cuando las ramas estén desnudas, me propondrán ir de excursión para contemplar el otoño (en el suelo). A veces pienso que esa falta de sincronía entre la estación y las miradas es el fruto más urbanita del otoño. Después me convenzo de que no, de que a quienes me hablan de ir a ver los bosques otoñales les basta mirar las imágenes en sus pantallas, no quieren estar allí y solo me calientan los cascos para que les diga (con el sabor de la pérdida):
-Llegáis tarde, quizá el año que viene...
Porque ese "el año que viene" también es una promesa otoñal.
Está el otoño. El estar es pasajero.