lunes, febrero 07, 2022

El Pirineo guipuzcoano

Ante el espolón de Txurrumurru y su corredor, derecha. El corredor Bocamina queda, invisible en la fotografía, a la izquierda.

Habrá quien me acuse de sensacionalismo por el título, pero si se acepta que los Pirineos van de mar a mar (del Cantábrico al Mediterráneo, o viceversa)...

El batolito de Peñas de Aya ofrece vistas al Cantábrico y unos corredores memorables por la vertiente guipuzcoana. El 5-II-2022 ascendimos por Bocamina, con salida desde Arditurri. El enlace desde la senda GR 121 con las huellas de la ascensión (430 msnm) es, en palabras de Patxi, desalentador. Pero, aunque parezca inverosímil, en esa ruta hay huellas y premeditación. Optamos por el invierno, porque la maleza está venida a menos y apalearemos algunas zarzas y tojos para abrirnos camino. (A sabiendas de que vendrá la primavera pimpante y borrará nuestros esfuerzos).

La ascensión es vertiginosa, con trepaditas y rincones que superan las expectativas de montañas con poco más de 800 msnm. 

Ya en la parte fácil de salida, hacia el collado entre Irumugarrieta (809) y Txurrumurru (821).

Para bajar de Irumugarrieta (la peña de la izquierda), tomamos el camino de Caperucita. O sea: el largo. Aunque cómodo y con vistas.

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