lunes, marzo 13, 2006
Releíbles (2). Tintín en el Tíbet
Estoy aburrido de que la gente diga tonterías de Hergé. A mí me encanta su línea precisa (disfruto lo contrario en Corto Maltés de Hugo Pratt); me gusta el capitán Haddock, que fuma en pipa y chupa alcohol como un campeón; me gusta que Milú hable; me gusta que Tintín sea bueno y que todas las comas de los diálogos estén tan bien puestas.
La opción es bajar de la montaña con el guía, Tharkey, o seguir cumbre arriba solos: Haddock, Milú y Tintín.
Haddok: -¿qué qué estoy haciendo? Marcharme con Tharkey, eso es todo.
Tintín:-Pero si estaba de acuerdo…
H: -Puede, pero cambié de idea… Seguir así, sin guía, es una verdadera locura.
No pienso dejar aquí mis huesos.
T: -¡Eh, espere!
T:-¿Quiere darme el frasco de coñac que está en la bolsa de atrás? Tengo frío, y un traguito me iría bien.
H: -¿Coñac? ¿Aún te queda coñac a ti?
T: -¡Oh! Sólo una botellita de reserva. ¿Quiere usted un poco?
H: -¿Qué si quiero? Eso no se pregunta.
GLU, GLU.
H: -¡Anda, la he vaciado!
T: -Y yo, ¿qué…?
H: -¡Eh, no importa! El alcohol es muy malo para los jóvenes como tú. Es un verdadero veneno. Créeme, Tintín, la abstinencia es lo mejor. Vamos a reunirnos con Tharkey.
T: -En el fondo tiene usted razón en seguir a Tharkey. Vale más capitular. Es más prudente. El riesgo es demasiado. Empezando por el yeti… y no importa que él se dé cuenta de que le tenemos miedo…
H: ¿QUÉ?
H: ¿Miedo? ¿Yo? ¿De quién? ¿M-m-miedo del ye-ye-yeti? ¡Media vuelta, muchacho! ¡Media vuelta en seguida! ¡Mil r-r-rayos!
“¡Y viva el coñac!”, piensa Tintín.
H: -¡Conque miedo! Voy a enseñarle a ese espantajo q-q-quién soy yo.
T: -No corra.
La foto comparte con Tintín el espíritu de las grandes alturas.
Nevaba en Mandoegi.
Y gracias a Patxi, el hombre de rojo, parece que estamos 5.000 metros más arriba. Nadie da altura a las fotografías como Patxi.
Una foto muy chula :)
ResponderEliminarVolví a leer toda la filmografía (sí, filmografía) de Tintín hace poco y coincido plenamente con tu juicio. Yo quiero ser Fernández o Hernández. Yo quiero ser Haddock. Por cierto, yo a Dovlatov me lo imagino como a Haddock. Y eso.
ResponderEliminarHola.Soy Mica de nuevo. Te he leido pero ami Tintin... pues no lo he leido nunca. Así que no puedo decir nada con fundamento.Solo quería decirte hola.
ResponderEliminarMica
Mica, ¿que no has leído a Tintín? Esto hay que solucionarlo... ¿Dónde tengo que dejar un ejemplar?
ResponderEliminarMe lo llevas a clase
ResponderEliminarReconozco que soy un enamorado de Hergé, más que de Tintín, y su trazo único. La limpieza de las líneas y los trazos en el dibujo me provoca un extasiante placer. ¡Qué maravilla! Me gusta. Me gusta mucho.
ResponderEliminarAunque claro, todos tenemos un pasado, el mío no fue el Corto Maltés, sino el Capitán Trueno. Tanto rayajo me pone un poco malo.
Por cierto, Eresfea: Siberia, la Concagua, imitaciones del Tibet en Guipuzcoa, periodismo... ¿eres Tintín? ¿una infancia marcada por un tupé amarillo? Mmmmmmm.
La solución a la relación entre Eresfea y Tíntín está en la portada de La estrella misteriosa.
Saludos y "¡Sapristi!"
¡Vaya! "Tintín en el Tíbet" y "El Loto Azul" eran mis preferidos. Voy a acabar seriamente afectado por Asia. Pero Lao-Tzeu sólo quería enseñar el camino. Por cierto: ningún Hernández y Fernández como los del Loto Azul.
ResponderEliminarMuskaria, no das una. Sin duda escribes bajo los efectos alucinógenos de la piel de la muscaria...
ResponderEliminarTranquilo, me queda poco tiempo de vida útil. Y sí, sin duda alguna escribo siempre bajo los efectos de la muscaria.
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