Sé que alguno leerá el título con exclamaciones y mirando con desazón hacia el cielo... Y sí, no me basta con los clásicos huevos de pascua. Los huevos de la imagen tampoco son "fatales" (como los de
Bulgákov), son de zorzal, pero en mi pueblo decimos malviz.
Sé que
Carlos y
Miguel, padre e hijo, los mirarán con gusto. Pido perdón por esa mano desproporcionada en el enfoque, pero tenía que apartar la maleza. Fue en Santiagomendi, Guipúzcoa primaveral, el Viernes Santo.
Esa foto me recuerda un magnífico cuento que narra las peripecias de un niño donostiarra con un huevo de zorzal.
ResponderEliminarLa envidia que producen estas anotaciones primaverales, con verde, huevos y aire puro, frente a mis notas nocturnas, urbanas, insomnes y cargadas de trabajos imbéciles e imbéciles en el trabajo, es enorme. Envidia sana, eso sí. Disfruta por mí.
ResponderEliminarSon hermosos,pero lo mas lindo es que tienen vida. Dale: segui deleitandonos con esas "anotaciones primaverales" al decir de Nomeacuerdo.
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