Como ya debería anunciar
perrechicos, pero se me están resistiendo en las montañas vascas, ahí va un
hongo buzón, híbrido de
edulis y
muscaria. Los esforzados del fondo (
Javier y yo) están junto al vértice geodésico de Irumugarrieta. Esto fue un ascenso tremebundo de Jueves Santo.
La fotografía es de
Imanol.
No recuerdo quién lo dijo pero tenía razón: ¡eres Tintín en la isla misteriosa!
ResponderEliminarDice PTT que Irumugarrieta no es propiamente la cumbre (Intzako Torrea), sino un colladito que hay cien metros al sur, donde coinciden las mugas de dos valles navarros (Larraun y Araitz) y uno guipuzcoano (Amezketa). ¿Hay un mojón allí?
Ese mismo día anduve en mi tercera excursión gorbeiana, por el karst de Itxina, treyolí, y el valle de Orozko, que si no es el más bonito de Euskadi es por alguna bandera del Athletic en algún caserío.
Intzako Dorrea e Irumugarrieta (o Irumugaeta) son las dos denominaciones (con buzón y todo) de la cima. PTT se pone muy fino...
ResponderEliminarHay varios mojones, y también una sucia alambrada que delimita esas mugas.
Lo mejor de estas cimas que se asoman al valle de Araitz son las ascensiones desde Gaintza, Intza... Algunas tienen rango "pirenaico" con más de mil metros de desnivel. Desde hace unas semanas, compruebo con el aliento entrecortado que en todos los mapas hay errores. Incluso en los más recientes. Sigo de exploración por la zona.
Abrazo.
Papá Pitufo y Pitufo Gruñón. ¿Esa cosa se come? Debe ser alucinógeno. Impresionante
ResponderEliminaruuhhh... hongos... uuhhh...
ResponderEliminarEl sábado encontramos hongos de pino y de eucalipto que es más agrio aunque igual de rico. Ese día los comimos en una salsa. Delicioso. Tenés que ver cómo las calles de Mdeo se llenaron de hojas de plátanos.
ResponderEliminarEl viernes probé un tempranillo, es más áspero que el Tanat, pero ideal para un buen asado. Tal vez, la cosecha no era buena. Beso, Mariana.
Qué intruso me siento a veces... El caso es que a mí me gusta la idea de una seta/hongo gigante comestible y esa foto ayuda a mi profetización, a hacerle entender a la gente que una seta enorme es la solución.
ResponderEliminarNo sabía que el Parque Rodó tenía una sucursal en las montañas vascas. Evidentemente, esos hongos marcaron una época.
ResponderEliminarSaludos,
Nacho
H., tenía que cedirte: no dejes tu blog, cuando entro a él sé que me encontraré algo radical. Unas veces me cabreo, otras disfruto... Siempre te lo agradezco.
ResponderEliminarNacho, creo que lo de los hongos blancos y rojos arrancó con los dibujitos de Blancanieves y los siete enanos. (Digno de una tesis doctoral).
Mariana, te dije que dudaba del tempranillo uruguayo... Tendré que llevarte una botella del navarro.