viernes, marzo 02, 2007
Homenaje a Ezeiza
Miércoles 22 de febrero. A las seis y media amanece en el aeropuerto de Ezeiza, Buenos Aires. Vuelan golondrinas pechugonas. Ruidos de aviones. Gente que va y viene. Gente que tiene peinada sólo la parte delantera del cráneo. Y me brota una y otra vez el título de una película: Amanecer zulú (zulú, zulú…). Me aparto del amanecer zulú pensando en el primer Ezeiza que conocí (persona, no aeropuerto), que vendía pantalones. En realidad, se esforzaba más entrenando carneros de lucha, chocadores. Dedicó tanto tiempo a los carneros, que se le fundió el negocio de los pantalones. En aquel tiempo, yo sólo vestía pantalones cortos, pero Ezeiza me trataba como a un hombre, y me decía que tenía unas rodillas muy prometedoras. No sé si me comparaba con sus bestias chocadoras, pero daba gusto escuchar cómo entrenaba los carneros.
Ahí había pasión.
Te escribo desde el mismísimo Ezeiza (el de los aviones, no el de los carneros) y, mientras espero a que Iberia me lleve a casa, y a falta de gorriones, varias consideraciones:
ResponderEliminar1.- Si era miércoles, no era 22 de febrero.
2.- Este aeropuerto tiene una sala para fumadores como Dios manda, y no como en la eme de Barajas.
3.- El 80% de los que entran a fumar son argentinos y, de ellos, el 80% no tiene fuego.
4.- En mi vida he conocido un aeropuerto (y he estado en un puñao) con tanto talki-walki por metro cuadrado. Nadie se habla a la cara: tiene que ser con el corto y cambio.
y5.- Estoy hasta el gorro de esperar.
Gracias, Paco. Esperaba que alguien comprobara la fecha, je, je. Hay otra trampa en el texto (y sigo esperando).
ResponderEliminarUn abrazo.
A la caza del carnero salvaje, joven Eresfea. Allá vamos.
ResponderEliminarEsto... lo del amanecer, Ezeiza y Buenos Aires es correcto. Lo de golondrinas pechugonas, ni pajorela idea. ¿Será lo del cráneo? No, no creo; eso me suena más bien a una licencia narrativa de Eresfea.
ResponderEliminarA no ser que...
"(...) daba gusto escuchar cómo entrenaba A los carneros".
Je, je... Seguid, seguid. ¡Paco, no me digas que no te fijaste en las golondrinas! Tanto tabaco te va a matar.
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