Peter eligió “Cosas de viajes” como título para la sección de crónicas viajeras en la revista Nuestro Tiempo. Carlos y yo nos turnábamos con las "cosas" en cuestión, un mes para ti el otro para mí. Recuerdo especialmente una de las tres interrupciones en ese tuya-mía.
-Este mes sacaremos una de Gonzalo –me dijo Peter.
-Ah, muy bien –dije yo.
Y publicó una crónica titulada “El Jefe”.
Cuando llegó la revista impresa, Peter la abrió por la página de la crónica, me la mostró de nuevo y me dijo:
-Es muy bueno.
Hubo algo raro y definitivo en su afirmación, como un escobazo en la cara. Como un escobazo en la cara de otro. Comprendí que aquello era un lema.
Efectivamente. Al día siguiente una persona me dijo que no le había gustado el texto (siempre hay topillos que van royendo con esos cuentos a todos menos al autor accesible). Y yo, con la lección aprendida, le dije:
-Es muy bueno.
P.D.: Me gustan los bonsáis gigantes de los Pirineos, con las raíces afirmadas sobre el granito.
Creo que leí aquello, me suena mucho. Gonzalo, cuélgalo (al jefe). Queremos releerlo (plural mayestático).
ResponderEliminarRecuerdo el Cosas de viajes, era lo primero que miraba de aquel NT más pequeñito que el actual. Así, a botepronto, recuerdo una tragaperras con el oro del faraón en El Bierzo, el cigarro encendido de la estatua de Gardel, camareras ¿lisboetas? que reñían si no te terminabas el plato...
Cuentan que te tecnologizaste, Eresfea. ¿Es cierto lo del emempetréh? ¡Aleluya! Dentro de poco el celular... Ya te veremos.
ResponderEliminarLo del emepetré tiene meses (influencia del Gran Pelado Jorge).
ResponderEliminar¿Celuqué?
Haciendo honor a mi nombre, nomeacordaba del texto citado, y ni tan siquiera conocía la trastienda de la historia. Ahora recuerdo la ilusión que me hizo cuando Peter, en un cruce de pasillos, me dijo que publicaría aquel texto. Los nervios que me recorrieron cuando se lo entregué (probablemente en un disco de 3 y 1/2) y también que se lo leyó mi abuelo (el que posteriormente actuaría en un corto infecto basado en un precioso relato de Peter que yo mismo pervertí, con su permiso) y le gustó. Buscaré el texto, y si lo encuentro, Ander, lo colgaré. Gracias, Peter.
ResponderEliminarPD: ¿quién era al que no le gustó)? Me corroe la curiosidad y se me ocurren muchos nombres.
Los topillos son pequeños y movedizos...
ResponderEliminarPeter decía que NT era valioso porque publicaban los alumnos.
ResponderEliminarP.D: Me acuerdo de El Jefe (foto), el Jefe (relato), El Jefe (horroroso cuadro que perpetré). Dio para mucho ese señor.
Yo también recuerdo haberlo leído. Pero a Gonzalo siempre se le quedará ahí pegadita la sección de infográficos "Un lugar en el mundo", junto a Enrique Rubio. "Cosas de viajes" era territorio casi exclusivo de Eresfea.
ResponderEliminar¿No os pasa que todos estos días os visitan escenas de esa época en la redacción, con Peter?
El jefe
ResponderEliminarEstrasburgo, 1998
Era el jefe. Vivía sentado en su sofá raíso en medio de la calle...
(Noviembre del 98, p. 120)
PD. En ese número había un mensaje cifrado espectacular: Sonrisas que aparecen en el primer número de dos nuevas revistas francesas del corazón: Allo! (166), Oh là! (197).
Maj, acabo de leer el último
ResponderEliminar"Lo siento, amigos" (después Presentación) que hace Peter a su último número como director, antes de tu llegada. Es muy suya, se titula 'Quemar etapas'. Y tiene perlas por doquier. Febrero de 1999.
Absolutamente suya.
ResponderEliminarEs el Peter que escribe para quienquieraentenderque entienda. Le falta esa ironía, aunque en esos momentos él no estaba para muchas ironías.