viernes, agosto 10, 2007

Tiralíneas


Esto es lo que hay, hoy: un título, una seguridad metálica y una fotografía comentada contra los estilistas del Diablo:

LO QUE SIGNIFICA QUE UNA MUCHEDUMBRE DE UN PAÍS LEJANO ATRAPE A UN SOLDADO QUE REPRESENTA A TU PAÍS, LE DISPARE, LO SAQUE A RASTRAS DE SU VEHÍCULO Y LUEGO LO MUTILE ENTRE EL POLVO, título de un cuento de Guardianes de la intimidad (Mondadori, 2005), un libro de cuentos tortuoso en su redacción, que me gustó hace meses y hoy me gusta más (¿me gustará dentro de dos o tres meses? Veremos). Conviene recordar el nombre de su joven y estadounidense autor: Dave Eggers.

“Va a quedar niquelao”, me dijo.
Y yo me quedé tan tranquilo...

La Cresta del Diablo. Seguro que alguno imaginaba una maraña peluda, grasienta, con granzones, piojos saltimbanquis, algún vampiro chupasangres y garrapatas del tamaño de castañas pilongas. Pero no, es rocosa, es ésa de la imagen.

P.D.: ¿Qué sería de la termodinámica mental sin la entropía? (Oro, incienso y mirra...: dije que no leyeran los paréntesis).

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