Tras la baja forzada y forzosa de Baltasar (decapitado involuntariamente hace más de treinta años), ha llegado la cirugía estética al belén de mi casa por obra y gracia del loctite (algo así como la gotita, amigos uruguayos): restauración de una oreja caduca de la mula e injerto en la mano de Melchor.En los balcones ajenos, escalan los muñecos Made in China de Olentzeros y Papanoeles. Los Reyes, por lo que se ve, no están trepadores (¿por qué?).
Me fijo en los carteles luminosos, navideños (?) y desangelados de la plaza Pío XII en San Sebastián: “ESPERANZA LIBERTAD”. Pienso que es un dos por uno, todo sea por ahorrar energía y salvarnos del cambio climático. En la factura de la electricidad metemos Navidad y campaña electoral, y chispún. Parece que el lenguaje político de la precampaña en marcha ilumina las lucecitas navideñas. ¿Las dejarán encendidas hasta marzo? Podrían colocar gaviotas del Pepé, rosas del Pesoe, estrellas de Segi, hojitas bicolores de roble de Ea… ¿O no las han puesto ya?
Estamos aviáus.
C(l)aridad: ¡Feliz Navidad!
Feliz Navidad. Un abrazo.
ResponderEliminarÍdem, pero mega-abrazo.
ResponderEliminarMuy Feliz Navidad para ti y todos tus seres queridos.
ResponderEliminarJajaja. Feliz Navidad, Eresfea. Y empieza muy bien el 2008.
ResponderEliminarAntes de que acabe el año espero corresponderte con un correo electrónico largo, largo, que te debo hace tiempo, tiempo atrás. Me río porque mis reyes (reliquia familiar heredada de los abuelos) sufrieron numerosos accidentes en su torturoso camino hacia mi belén durante mi infancia, y ahora tienen un relleno de plastilina y pegamentos para conseguir mantenerse de una pieza.
Si pusieran, en vez de tanta tontería, ODON, ahorrarían.
ResponderEliminarAbrazote.