Gracias a la colaboración del Preso Crático, que me acerca dos libros, podemos apreciar ahora que el 2006, sí el 2006, fue el año de Durero y su liebre, al menos en portadas. De mayor quiero diseñar portadas de libros.
Conocí a esa liebre en La Historia del Arte, de Ernst Gombrich. No aparecía en la portada ni la edición era de 2006, pero el libro también es imprescindible.
Jaja. Genial. El toque, esos links a entradas antiguas.
ResponderEliminarCreo que Susana Giménez nos hará un lugar en su sillón si le vamos con semejante hallazgo.
Abrazo
Conocí a esa liebre en La Historia del Arte, de Ernst Gombrich. No aparecía en la portada ni la edición era de 2006, pero el libro también es imprescindible.
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