El martes aterrizó en el aeropuerto de Noáin Pamplona Mark Zuckerberg. Ya sé que esto dice poco, que suena a refresco azucarado del Lidl. Si añado que llegó en su avión privado, seguro que empezaréis a prestarme atención. Si os digo que es el “inventor” de Facebook… ¿Y si os digo cuántos millones gana al año, la edad que tiene y el poder que maneja?
Fue a la Universidad de Navarra para dar una conferencia. En realidad estaba de gira, como una estrella pop, lo que es. Sólo se recordaban multitudes así cuando estuvo Emilio Aragón, otra estrella pop.
Hace unos años visitó la Universidad una seguidilla de los mejores escritores españoles actuales: Pombo, Vila-Matas...: en familia.
Televisión y exploración de la Red: las muchedumbres.
P.D.: El martes también aterrizó Majo en Noáin Pamplona.
Bueno, bueno. No olvides que también estuvo en la universidad, hace no mucho, otro popcorn: Ramón Calderón, creo que -en este caso- invitado por un Colegio Mayor. Ahorraré comentarios. También hubo lleno.
ResponderEliminarDe la visita de Vila-matas nació una historia bien bonita que contaré algún día.
También estuvo Jiménez Lozano y no fue portada ni en "Redacción"...
ResponderEliminarEn mis cuatro años, la única gran celebridad que conocí fue F.Benítez Reyes.
ResponderEliminarPuede que yo fuera el único que le leía y le tenía admiración. Fue poca gente al aula magna. Será porque iba bien vestido y hablaba de cosas interesantes.
Estoy segura de que ya te hiciste un facebook...
ResponderEliminarNo sé qué hacer en féisbuc, como decis, o qué hacer con féisbuc. Entré, hace unos días, como un paleto, pero luego me ha parecido que tiene su punto. Me hice fan de Julio Ramón Ribeyro, del snooker, aunqué tampoco sé muy para qué, y pensé que podríamos montar ahí un grupo, un club, qué sé yo, de letras enredadas. Ahora bien, ¿y luego qué?
ResponderEliminarEntre las visitas recuerdo la de Manuel Hidalgo. Le recogí en su casa de Pamplona y le llevé en coche hasta la facultad. Acababa de sacarme el carnet de conducir. Él tiene fobia a los aviones. Creo que se aterró con mis volantazos.
ResponderEliminarTambién recuerdo los ojos de Elena Resano cuando la vi en la terminal de Noain. Eso sí que es ilusión.
Hay mucho comentario que comentar.
ResponderEliminarDe momento responderé a Sintomático. Yo disfruté la visita de Manuel Hidalgo con la excusa de (para mí) una pésima novela: La infanta baila. Comimos con él en petit comité. Alubias y solomillo, y para beber, tintorro. Era un tiquismiquis con el rancho, y alguien se tenía que comer lo que "sobraba"...