El 25 de julio de 2007, Javi y yo jugábamos en la excursión veraniega con palabras "africanas". Todo empezó con la cima del Gambo. Dígase "¡Gambo Gambo!" y ya está... Pero, claro, el pulsómetro de Javi cantaba 180 por minuto en la rampa final (¡rampa rampa!). Luego, en un cordal algo indefinido, bajamos/subimos a Uzkuiti. ¿Qué es eso de bajar/subir? Suena a timo (¡tongo tongo!). Y así hasta...
El domingo 15 (día del cumpleaños de Lucía), Asun, Juanjo, Patxi, Álvaro y yo repetimos esa excursión con palabras "africanas" y la añadidura de las emociones invernales: nieve y luz de invierno en un maravilloso día despejado. Renunciamos, eso sí, a dos cumbres de aquel verano: Etitzegi y Larraone.
Si alguien mira en un mapa, el recorrido parte de la pista de Berazeaga, salva el arroyo por el puente de madera, y asciende por el clásico y montañero camino de minas hasta la fuente y abrevadero de Pardeluts. Desde allí, sin huella muy evidente, se sube al collado de Lizaso y se alcanza la meta: Gambo. Luego, la bajada hacia Uzkuiti. Lo más duro del día es, probablemente, la bajada hasta Muitze, donde se enlaza con el camino menos conocido del Txindoki. Antes de llegar al salto de agua de Muitze, se desciende a la derecha (nordeste), por la cara herbosa y noroeste de Larraone. Pronto se dibuja la vieja senda empedrada entre hayas y, tras una zona repoblada con abetos y hayas, se llega a la parte alta de la misma pista de Berazeaga donde dejamos el coche. El último tramo son veinte minutos de cómodo descenso por pista con la sorpresa de un espantapájaros que debería aparecer en los mapas (¡qué miedo!). La vuelta se completa en seis horas con un paso muy tranquilo (como dirían los comentaristas de la selección española de fútbol: gozón).
Algunas leyendas para las imágenes
Cerca del collado de Lizaso, una especie de dolina mostraba un dibujo en la nieve que me recordaba la papada de las ballenas azules (que vuestra imaginación trabaje antes de hacer clic).
Trepada final: rampa-rampa.
En Gambo (1.412), donde le dimos al queso, al foie, al chorizo salmantino... Y todo eso regado con vino de bota y un reconfortante caldo caliente.
Hacia Uzkuiti. Gestos elásticos. Esa subida que es bajada... Y Txindoki como telón de fondo.
En Uzkuiti (1.332).
Unas fotos muy chulas :)
ResponderEliminarMe encanta la papada de ballena.
ResponderEliminarEn Groenlandia se podían nombrar perfectamente los accidentes geográficos en euskera. Subimos a una montañita costera y la bautizamos como Allatugaituk. En el descenso cruzamos unos lagos helados a los que llamamos Putzukizoztuk. Chapoteamos en el paraje de Hankabustik. Y terminamos cruzando la placentera llanura de Earkigatxik (Ederkigaudek, en inuit batua).
"Pásame la bota de vino" se dice "venga-venga"; creo.
ResponderEliminarNo se asuste, pero Patxi siempre posa mejor y lleva complementos memorables. Lo prometo.
ResponderEliminar(Por fin lo digo).
Mr. Shy, no me asusto. Me alegro tanto... Llevamos 11 años trabajando "el concepto".
ResponderEliminarAceptado el venga-venga, Sergio.
Es que la papada da mucho de sí, Ander.
Pelopatrás, en mayo, será por mayo...