viernes, abril 09, 2010

La perdida

Ocurrió en los prolegómenos del Camino de Santiago que termino mañana. Viajaba el lunes 5 de abril en tren, por los campos ahora verdes de Sahagún, llegando a León. Una mujer joven hablaba por el móvil (celular) a voz en grito. Todo normal. Como es habitual en estos casos, el pasaje supo mucho de su vida íntima, y que se bajaba en León.
Hasta ahí todo bien. (O mal).
El caso es que, de golpe, subió aún más el volumen de su voz (sí, era posible) para gritar excitada:
"¡Ay!, ¡ay!, ¡Manolo, hazme una perdida!"
Así terminó la conversación por el móvil (celular). Y, en consonancia con lo que venía hablando con Manolo, yo pensé aupando a la pareja: ¡una perdida! E imaginé a ese Manolo como si fuera una especie de Glenn Ford, y reconozco que me detuve un poco más imaginando a Rita Gilda. Ésa sí que era una buena perdida... Casi al instante comprendí que quizá la referencia cinematográfica añeja y, sobre todo, que entender a la primera la perdida como una..., ejem, como una perdida, me terminaba de enterrar como un anacronismo con patas.

P.D.: Salí caminando de Ponferrada, aunque en la credencial de peregrino he anotado Camponaraya, unos kilómetros más adelante, para fastidiar a quien tenga que decirlo. Camponaraya.

P.D.2: La imagen de Gilda está tomada de aquí.

2 comentarios:

  1. http://rare.bulletrain.net/mauro-entrialgo-hazme-una-perdida

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  2. Je, podría ser uno de los viejillos del fondo... Pero fue en el tren.

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