El tono del azul de fondo y la cantidad de pecas marrones varían en cada nido. |
Como viene siendo habitual desde hace años, encuentro primero los nidos en la ciudad, y una o dos semanas después en el campo. Otro detalle: la querencia progresiva de los mirlos por los arbustos bajos y exóticos en los parques (un laurel del Canadá, una aucuba del Japón...).
Esta vez, además, quiero jugar con vuestra agudeza visual y las deficiencias aunadas del feografo y su cámara.
¿Veis el nido con la hembra del mirlo incubando los huevos? (Cuatro).
¿La veis ahora?
¡Lo había visto, lo había visto! Jopé, cuánto gozo cabe en un triunfo tan chiquitín.
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